Yemen lleva siete años en guerra y las hostilidades en el país no cesan. Millones de personas están al borde de la hambruna. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el número de personas que probablemente no podrán satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas en Yemen podría alcanzar la cifra récord de 19 millones entre junio y diciembre de 2022.
4,2 millones
de desplazados internos.
El 80 %
de las personas en Yemen vive por debajo del umbral de la pobreza.
20 millones
de personas dependen de la ayuda humanitaria.
Yemen sigue enfrentándose a una crisis humanitaria devastadora. El 66 % de sus habitantes depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir. La escalada del conflicto, la inseguridad, los embargos y el colapso de la economía han llevado a un 80 % de la población a vivir bajo el umbral de la pobreza. Muchos se encuentran al borde de la hambruna.
Este edificio en ruinas (arriba, en la foto) alberga a unas 96 familias desplazadas que corren el riesgo de ser desalojadas. Más de 15.000 yemeníes desplazados en la ciudad de Ibb se encuentran hacinados en sitios como este, con acceso limitado a los servicios básicos. El grupo de coordinación y gestión de campamentos (CCCM), dirigido por ACNUR, trabaja en estos lugares para mejorar las condiciones de vida y proporcionar opciones alternativas para vivir cuando se enfrentan a amenazas de desalojo.
2,3 millones
de niños menores de cinco años en Yemen sufren desnutrición aguda, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
+ de 2 millones
de niños y niñas yemenís no están escolarizados.
Su nombre es Jana (abajo, en la foto). Cuando estalló la guerra en Yemen ella era un bebé de menos de un año. Huyó con su familia de Amran hace tres años. Su madre es viuda. Su padre murió en 2020. Viven en el campamento de Al-Suwaidan en la ciudad de Marib.
Miles de niños en Yemen se han visto obligados a huir de sus hogares, pero no deberían renunciar a su educación. Más de dos millones de niños y niñas en edad escolar en Yemen no están escolarizados. ACNUR rehabilita escuelas para ayudar a los niños desplazados a continuar con sus estudios.
En la gobernación de Lahj, hay 35 familias desplazadas que viven en un lugar de acogida. El campamento improvisado carece de todos los servicios básicos, y la fuente de agua más cercana está a 15 Km. No hay aseos ni duchas y la mayoría de los niños que viven aquí no van a la escuela. En Yemen hay cientos de campamentos de este tipo repartidos por todo el país que albergan a familias desplazadas sin ninguna fuente de ingresos y que viven con menos de un euro al día.
Yemen es uno de los lugares más peligrosos del mundo para un niño. El país tiene altas tasas de enfermedades transmisibles, acceso limitado a vacunas y a servicios de salud y sistemas de saneamiento e higiene inadecuados.
2,6 millones
de desplazados internos sufren una gran inseguridad alimentaria
79 %
de la población desplazada dentro de Yemen son mujeres y niños.
1,6 millones
de desplazados internos viven en 2.200 asentamientos informales.
En este asentamiento informal en la ciudad de Ibb viven más de 40 familias, en su mayoría desplazadas de Taizz y Hudeydah. ACNUR y sus socios están proporcionando refugio y material de emergencia y trabajando para mejorar las condiciones de vida en el lugar.
El desplazamiento interno sigue siendo una de las características que definen la crisis de Yemen. Sólo en 2021, más de 157.000 yemeníes se vieron obligados a abandonar sus hogares debido al conflicto, especialmente en las provincias de Marib, Taizz, Al-Hudaydah y Al-Bayda. Las continuas hostilidades y la falta de acuerdo político hacen presagiar que los desplazamientos forzados seguirán aumentando en 2022.
ACNUR proporciona a las familias ayudas económicas para que puedan comprar alimentos, pagar el alquiler o adquirir medicamentos.
El entorno de protección en todo el país sigue siendo nefasto. Los civiles siguen pagando el precio más alto de las violaciones del derecho internacional humanitario por las partes del conflicto. Las mujeres desplazadas, los niños, los ancianos y las personas con discapacidad se enfrentan a mayores riesgos de protección.
En el emplazamiento de Al Raqaha, al norte de Saná, viven unas 130 familias. La mayoría de los desplazados internos tuvieron que huir de sus hogares debido al conflicto y llevan desplazados más de cinco años. La situación es crítica para ellos. Carecen de alimento y acceso a servicios de salud, agua, saneamiento e higiene.
ACNUR sigue siendo la única agencia que se ocupa de la protección y el bienestar de unos 102.000 refugiados y solicitantes de asilo en todo Yemen, procedentes principalmente de Somalia y Etiopía.
Los refugiados y solicitantes de asilo sufren las consecuencias de la mala situación socioeconómica en el país, dependen de la ayuda humanitaria y a menudo se les considera una carga adicional para unos servicios públicos sobrecargados.
Los protocolos de COVID-19 siguen dificultando los retornos a Somalia y el deterioro de la situación de seguridad en Etiopía ha afectado negativamente a las oportunidades de repatriación voluntaria y segura. Según los datos, se está produciendo un aumento del número de solicitantes de asilo que llegan a Yemen, incluso desde Tigray.
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