Etiopía: ejemplo y desafío

Etiopía es un país de acogida para cientos de miles de refugiados procedentes de países vecinos que han tenido que escapar de la violencia. Actualmente alberga a más de 735.000 de 26 nacionalidades diferentes, aunque la mayoría proceden de Sudán del Sur (329.123), Somalia (191.575), Eritrea (139.281) y Sudán (42.285).

Además, cuenta con más de un millón y medio de desplazados internos por los conflictos y la crisis climática, y enfrenta una importante inseguridad alimentaria. En este contexto, 8,4 millones de personas necesitan actualmente ayuda humanitaria. En 2019, el país recibió a 100.000 nuevos refugiados y para este año 2020 se espera que el número aumente de manera considerable.

Para hacer frente a esta situación, ACNUR pide el apoyo de la comunidad internacional y hace un llamamiento para obtener los 658 millones de dólares necesarios para ayudar y asistir a los miles de refugiados y desplazados internos que viven en el país.

Etiopía cuenta una ley de refugiados de las más progresistas de África. En enero de 2019, aprobó leyes históricas que reconocían a los refugiados el derecho a trabajar, a recibir educación, a registrar sus nacimientos y matrimonios, a la obtención del carné de conducir o a tener acceso a la banca. Estos cambios en la legislación se llevaron a cabo semanas después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobara el Pacto Mundial sobre Refugiados, el 17 de diciembre de 2018.

En la foto, Yanchinew Gebeyehu, una etíope de 26 años, asiste a un curso de cocina con su amigo refugiado yemení en el Colegio Politécnico de Seda Nefas, en Addis Abeba. Este colegio es el primero en acoger a refugiados y etíopes que estudian juntos materias como cocina, carpintería o mecánica.

Con el Plan de Respuesta para los Refugiados en Etiopía se pretenden mejorar las infraestructuras y los servicios sociales relacionados con la salud, la nutrición, la educación y la vivienda de las personas refugiadas.

Dos tercios de los 2,2 millones de refugiados sursudaneses de la región de Gambella, al oeste de Etiopía, son niños. Un tercio de la niñez que viven en el país no tiene acceso a la escuela primaria. En el campo de refugiados Jewi, donde viven 54.000 sursudaneses, las clases están abarrotadas y no hay suficientes libros de texto.

En la imagen, el profesor Koat Reath se dirige a sus alumnos en una escuela primaria situada en el campo Jewi. En su opinión, los niños aprenden más y mejor cuando las lecciones son animadas y divertidas.

ACNUR y sus socios está ofreciendo clases adicionales para niños y adultos que se han perdido la educación debido al conflicto en su país.

De los 7,1 millones de niños, niñas y adolescentes refugiados en edad escolar en el mundo, 3,7 millones no asisten a la escuela, de acuerdo con el informe de ACNUR Reforzando la Educación de los Refugiados en Tiempos de Crisis.