La actual emergencia rohingya es una de las crisis más grandes y urgentes de nuestro tiempo. La falta de financiación amenaza la respuesta humanitaria para hacer frente a la situación de esta población desplazada y apátrida. Hasta ahora, solo se ha recibido la mitad de los fondos necesarios para atender a esta emergencia.
Por eso, ACNUR copatrocina, junto con EE.UU., Reino Unido y la Unión Europea, esta conferencia virtual de donantes con el objetivo de cubrir las necesidades humanitarias urgentes de los rohingya desplazados, tanto dentro de Myanmar como fuera del país. Los fondos recaudados se destinarán a organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales que trabajan en terreno y al Plan de Respuesta Conjunta (JRP) de la ONU en Bangladesh.
860.600
refugiados rohingya en Bangladesh.
150.000
refugiados rohingyas en otros países de la zona
600.000
desplazados rohingya en el distrito de Rakhine en Myanmar.
En agosto de 2017, cientos de miles de refugiados tuvieron que huir de sus hogares en Myanmar a causa de la violencia. El niño de la foto se llama Arafat. Él y su familia están entre los cientos de miles de personas que tuvieron que abandonarlo todo. Hoy viven desplazados en el distrito de Cox’s Bazar, en Bangladesh. Aquí han encontrado seguridad, pero también condiciones de vida muy duras, como la falta de infraestructura, saneamiento inadecuado y la amenaza de inundaciones y deslizamientos de tierra.
La mayoría de la población rohingya en la región necesita acceso a atención médica básica, educación, medios de vida, agua potable y comida. El COVID-19 está agravando una situación ya compleja. La pandemia ha obstaculizado aún más el acceso a los servicios, ha aumentado el riesgo de violencia sexual y de género y ha agravado los efectos de las enfermedades infecciosas.
ACNUR hace hincapié en la necesidad de mantener el apoyo a los refugiados rohingya y a las comunidades de acogida, al tiempo que se buscan soluciones para hacer frente a una situación cada vez más crítica.
Dado que el contexto actual en Myanmar todavía no es el más adecuado para el regreso voluntario, digno y seguro, ACNUR sigue consultando a los refugiados qué tendría que mejorar en su país de origen para querer retornar.
Según ACNUR, la comunidad internacional debe alentar y apoyar a Myanmar para crear las condiciones para que los refugiados rohingya regresen a su hogar con seguridad y se reintegren de manera sostenible para que no tengan que buscar de nuevo protección y seguridad en otro lugar.
Esto implicará levantar las restricciones a la libertad de movimiento en Myanmar, para que la población rohingya pueda regresar a sus pueblos, encontrar soluciones para los desplazados internos, facilitar un camino claro hacia la ciudadanía y asegurar que todos los ciudadanos disfruten de los derechos básicos y vivan en condiciones de seguridad.
Durante estos tres años, ACNUR ha proporcionado a la población rohingya asistencia básica: refugio, alimentos, servicios de salud o educación, entre otros, pero las necesidades aún son enormes.
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