Una vez más Fundación Pelayo y el Comité español de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, se han aunado en un proyecto, en esta ocasión para combatir las enfermedades infantiles comunes, tratables y curables, que sufren personas refugiadas procedentes de Sudán del Sur y de la República Democrática del Congo.
Este es uno de los proyectos que el Patronato de Fundación Pelayo seleccionó para poner en marcha, dentro de su concurso anual de proyectos para entidades sociales. Un programa de salud en Uganda que incluye campañas de tratamiento y prevención de enfermedades comunes como la diarrea, malaria y neumonía, en asentamientos como los de Adjumani y Palorinya (con población refugiada procedente en su mayoría de Sudán del Sur y de la República Democrática del Congo), a través de 32 agentes de salud comunitarios y formación a las familias sobre pautas de identificación y cuidados- sobre estas enfermedades comunes.
Fundación Pelayo apoya este programa tras la firma de un acuerdo de colaboración y la celebración de un acto institucional que ha albergado a los presidentes de ambas entidades, a Alvaro Gil-Robles por parte de Fundación Pelayo, y a José María Gil-Robles por parte del Comité español de ACNUR, que han estado acompañados a su vez por el presidente de Honor de Fundación Pelayo, José Boada, el presidente de Pelayo, Francisco Lara, la Gerente de Fundación Pelayo, Cristina del Campo, así como de la responsables de alianzas corporativas de Acnur, Aránzazu Almela y la técnica de proyectos Beatriz Vázquez
Con esta nueva alianza se ha adquirido el compromiso de brindar a menores de los asentamientos de Uganda y a sus familias unas mínimas condiciones de asistencia sanitaria para contribuir a mejorar las condiciones en las que viven.
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