La mayoría de las personas refugiadas en el este de Chad llevan más de 15 años viviendo en campos. La pandemia de la COVID-19 ha repercutido de manera negativa en las oportunidades de empleo y autosuficiencia para la población refugiada y de acogida desde marzo de 2020. En todos los campos de Chad, más de la mitad de las personas refugiadas han visto disminuidas sus oportunidades de empleo, frente al 43,2 % de la población de acogida. Esto indica una situación más vulnerable para las personas refugiadas en general.
Además, el cambio climático amenaza al sector de la salud y el saneamiento debido a la mayor frecuencia de las olas de calor, inundaciones, sequías y tormentas.
Para garantizar la protección de la población refugiada sudanesa y de la población chadiana vecina, el Ayuntamiento de Toledo ha concedido una ayuda de 18.540 euros. El objetivo es conseguir que esta población, especialmente mujeres embarazadas, lactantes, mujeres en edad reproductiva y menores de 5 años, cuente con acceso regular a una asistencia sanitaria adecuada y de calidad.
En concreto, el proyecto ha garantizado el funcionamiento de servicios básicos en el centro de salud del campo de refugiados de Djabal, en el este de Chad. Para ello, se ha llevado a cabo la dotación de medicamentos y suministros, el refuerzo y capacitación de su personal sanitario y agentes comunitarios de salud y campañas de sensibilización de la población sobre promoción de la salud y la higiene.