En el desierto de Mauritania, en el campo de Mbera, viven actualmente más de 85.000 personas refugiadas procedentes de Mali. La mayoría llegó a este campamento en los años 2012 y 2013 y sigue viviendo allí desde entonces. Sin embargo, este número no ha dejado de aumentar con el paso de los años, con más de 10.000 nuevos refugiados tan sólo durante el año pasado. Cuando se habilitó el campamento, el agua llegaba diariamente en camiones cisterna. Progresivamente ACNUR y sus socios han ido perforando pozos e instalando redes de distribución de agua para garantizar que las personas refugiadas tengan un acceso adecuado a este bien tan preciado. Sin embargo, el aumento de población, la sequía que asola la región, el deterioro de las infraestructuras y la necesidad de adaptarlas para hacerlas más sostenibles requerían de nuevas inversiones.
La Diputación de Jaén respondió de nuevo y solidariamente a esta situación, y en 2022 aprobó una subvención para apoyar a ACNUR en su propósito de mejorar la cantidad y calidad del agua disponible para la población refugiada en el campo de Mbera, aumentar el número de pozos que prescinden de energía contaminante con el uso de placas solares para bombear el agua y promover una transición gradual hacia infraestructuras de saneamiento más ecológicas.
Con su apoyo a la población refugiada de Mali, la Diputación de Jaén renovaba por vigésima vez su compromiso con las víctimas de los conflictos, y con el trabajo que realiza ACNUR para proteger, asistir y encontrar soluciones duraderas para las personas refugiadas y desplazadas en el mundo. Sucesivos acuerdos entre el Comité español de ACNUR y la Diputación de Jaén han permitido, durante veinte años, mejorar las vidas de miles de personas refugiadas, desplazadas o retornadas. La solidaridad jienense ha contribuido entre otros a rehabilitar infraestructuras básicas en países que sufrieron graves conflictos como Afganistán, Sierra Leona, Liberia y Uganda, levantando escuelas, centros de salud o pozos de agua, para que numerosas personas pudieran regresar a sus hogares en condiciones dignas.
La Diputación de Jaén también ha participado durante cinco años en proyectos de ACNUR en los semidesérticos campamentos del este de Chad, uno de los países más pobres del planeta y en donde conseguir agua en cantidad adecuada continúa siendo un enorme desafío para las más de 400.000 personas refugiadas sudanesas que los habitan, la mayoría de las cuales lleva más de 15 años viviendo en el exilio. La cooperación internacional de la entidad provincial se ha extendido así mismo a las víctimas de la guerra en Siria, apoyando en la reconstrucción y rehabilitación de más de 800 viviendas, tanto en la propia Siria como en su vecina Líbano.
Contar con fondos regulares permite a ACNUR responder con eficacia y eficiencia a crisis cada vez más complejas. Por ello, la colaboración continuada de instituciones como la Diputación de Jaén adquieren aún más relevancia.