Yemen sigue enfrentándose a una compleja situación humanitaria sin que se vislumbre el fin de la guerra
En marzo de 2023, Yemen entró en el noveno año de guerra. Se trata de un conflicto entre dos entidades que reivindican constituir el gobierno yemení: los separatistas del sur y las fuerzas leales al gobierno de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, con sede en Aden. Estos últimos entraron en conflicto con los hutíes y sus fuerzas, leales al expresidente Alí Abdalá Salé. Tras los intensos combates, en abril de 2022 se anunció una tregua en los ataques mediada por la ONU. Los seis meses siguientes, hasta su expiración en octubre de 2022, ofrecieron un rayo de esperanza a muchas personas. Disminuyeron las víctimas civiles y los desplazamientos, se recibió un flujo constante de importaciones de combustible y se reanudaron los vuelos comerciales. Pese a los grandes esfuerzos realizados, a finales de noviembre de 2022 no se había llegado a un acuerdo para prorrogar la tregua.
El trabajo de ACNUR en Yemen es difícil debido a un acceso humanitario restringido en numerosas áreas, y este acceso seguirá estando limitado por un entorno operativo cada vez menos permisivo. La situación humanitaria en 2023 sigue siendo sombría, y se necesita una asistencia humanitaria sostenida en el tiempo para evitar un mayor deterioro de las necesidades de la población afectada. El aumento de las necesidades se debe principalmente al reciente desplazamiento por el conflicto de 234.000 personas, al impacto del cambio climático, que afectó a casi 517.00 personas en 2022, así como a la naturaleza prolongada de la crisis, que afecta a más de 4 millones de personas desplazadas desde hace meses. Los problemas de adecuación de los alojamientos se deben a una serie de causas fundamentales, como la protección inadecuada frente a los elementos debido a la naturaleza de emergencia del alojamiento, la imposibilidad de costear las reparaciones debido a la insuficiencia de ingresos, y la pérdida o insuficiencia de la seguridad de la tenencia y la documentación de propiedad.
La Junta de Castilla-La Mancha ha aportado 30.000 euros para contribuir al proceso de protección internacional de las personas desplazadas internamente en Yemen asegurando el acceso a necesidades esenciales. El proyecto ha atendido a las necesidades de protección de 1.500 desplazados yemeníes a través de la dotación de refugio seguro y artículos no alimentarios de emergencia. Por lo menos 300 familias desplazadas yemeníes acceden a una vivienda de emergencia y artículos domésticos necesarios para su supervivencia.
Agradecemos nuevamente La Junta Castilla-La Mancha su solidaridad ante emergencias como estas.
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