Trata de personas: la esclavitud del siglo XXI Trata de personas: la esclavitud del siglo XXI

Trata de personas: la esclavitud del siglo XXI

29 de julio, 2024

Tiempo de lectura: 5 minutos

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Miles de hombres, mujeres, niñas y niños son víctimas del tráfico de personas, dentro y fuera de sus países. Prácticamente todos los países del mundo están afectados por la trata de personas, ya sea como país de origen, de tránsito o de destino de las víctimas.

El 30 de julio es el Día Mundial contra la Trata de Personas, una lacra que tiene diversas caras: la explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o prácticas análogas, la servidumbre o la extracción de órganos. Es la llamada esclavitud del siglo XXI.

¿Qué es la trata de personas?

Según el artículo 3 del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la trata de personas es el reclutamiento, transporte, traslado, acogida o recepción de personas mediante el uso de la fuerza, el fraude o el engaño con fines de explotación. La mayoría de las víctimas detectadas a nivel mundial, un 59% aproximadamente, son objeto de trata con fines de explotación sexual, aunque este patrón no es uniforme en todas las regiones.

Los tratantes que explotan a mujeres, hombres, niños y niñas vulnerables de todos los orígenes, están en todas regiones del mundo. Recurren a la violencia, el chantaje, la manipulación emocional, la sustracción de documentos oficiales, las agencias de empleo fraudulentas y las falsas promesas de educación y oportunidades laborales para engañar y coaccionar a sus víctimas y obtener ganancias.

¿Quiénes son las víctimas y quiénes los traficantes?

Se calcula que aproximadamente el 72 % de las víctimas son mujeres y niñas (el 49% son adultas y el 23% niñas), una cifra que se invierte en el caso de los traficantes que son un 63% hombres. Estos tratantes suelen proceder del mismo país y hablar el mismo idioma que las víctimas, lo que ayuda a crear una cierta confianza. Las mujeres implicadas en el tráfico de personas se encargan, a menudo, de captar a mujeres y niñas, aprovechando la complicidad de género

La infancia es, sin duda, la población más vulnerable a ser víctima de trata. En el mundo, una de cada tres víctimas de trata de personas es un menor, en su mayoría, niñas. Según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), los niños y niñas tienen el doble de probabilidades que los adultos de sufrir violencia durante la trata.

Los menores pueden ser objeto de diferentes tipos de trata como el trabajo forzoso, la mendicidad, la delincuencia, la adopción ilegal, la explotación sexual o los abusos sexuales. Las razones por las que la infancia es el blanco de la trata son diversas: la pobreza, los conflictos armados, la falta de cuidados parentales o el insuficiente apoyo a los menores no acompañados ante el aumento de los flujos migratorios y de refugiados. Además, las plataformas online hacen que los riesgos para los menores hayan crecido porque tienden a conectarse sin las protecciones adecuadas.

La lucha contra el tráfico de menores no ha sido eficaz hasta el momento, por lo que es urgente adoptar medidas integrales para proteger a los más vulnerables y ayudar a las víctimas, lo que requiere coordinar esfuerzos de los estados a nivel nacional e internacional.

#AcabarConLaTrata

Bajo el lema de #EndHumanTrafficking (#AcabarConLaTrata) este 2024 se cumple el décimo Día Mundial contra la Trata de Personas y la campaña se centra en sensibilizar sobre las causas y vulnerabilidades asociadas a la trata de menores. Hace hincapié en prestar apoyo específico a las menores víctimas de trata y a formular políticas que aborden deficiencias y agilicen medidas.

Esta campaña tiene como símbolo el Corazón Azul que representa la tristeza de quienes sufren la trata, al tiempo que nos recuerda la insensibilidad de aquellos que compran y venden seres humanos. Esta campaña quiere mostrar la solidaridad con las víctimas, la frialdad de los tratantes y el compromiso de Naciones Unidas para combatir esta lacra.

Países que han registrado víctimas de la trata de personas

Ningún país es inmune al tráfico de personas. El aumento en el número de víctimas detectadas ha sido más pronunciado en las Américas y en partes de Asia. Estos aumentos pueden ser el resultado de una mayor capacidad nacional para detectar, registrar y reportar datos, o el resultado de un aumento de la ocurrencia de la trata. Estos son algunos datos sobre la trata de personas en distintas zonas del planeta:

  • América del Norte, Centroamérica y el Caribe: un 55% de las víctimas de trata son niñas y 11% niños, lo que hace que sea la región con más menores víctimas (66% del total). El 87% de las víctimas son explotadas sexualmente.
  • Sudamérica: más del 80% de las víctimas son mujeres a las que se las explota sexualmente. El trabajo forzado y las adopciones ilegales son otros de los delitos más comunes en esta zona.
  • África y Asia apenas cuentan con registros de víctimas y los traficantes no son juzgados. La UNODC pide a los Estados de esas regiones que se esfuercen más en aplicar la normativa internacional. “En algunos países, parece que los traficantes no corren ningún riesgo de tener responder a la justicia”, señala el informe.

La mayor parte de los casos se detectan en los países de origen de las víctimas, pero las naciones más desarrolladas suelen ser el destino de personas que caen en la trata internacional después de ser engañadas por redes.

Personas refugiadas: un colectivo especialmente vulnerable

La situación de millones de personas desplazadas y refugiadas que lo han perdido todo, mujeres solas o con sus hijos en tránsito y con pocos medios para abastecerse, les convierte en las víctimas perfectas para la trata de personas.

Las guerras y los conflictos crean unas condiciones favorables para que los traficantes actúen ante las huidas masivas. Según la UNODC, la presencia de tropas aumenta la demanda de trabajo doméstico y de servicios sexuales. A ello, se suma la falta de instituciones fuertes, lo que deja a la población desprotegida en los países en conflicto.

En algunos campos de refugiados, se han confirmado casos de matrimonios forzosos de mujeres y niñas, sometidas a explotación sexual, según el informe de Naciones Unidas. Las poblaciones que han sufrido desplazamientos forzosos son tremendamente vulnerables al tráfico de personas.

Para evitarlo, ACNUR trabaja en dar alternativas de vida sostenible a personas refugiadas y desplazadas que minimicen las posibilidades de caer en redes de trata y sirva para proteger a las víctimas de trata de personas detectadas.

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