Vivir en Canadá era tan sólo un sueño hace unos meses para los 25.000 refugiados que fueron reasentados en el país en 2016. A miles de kilómetros de su Siria natal, inmersa en una guerra que les obligó a huir, una nueva vida llena de esperanza aguardaba a miles de familias.
Desde noviembre de 2015, miles de refugiados sirios han sido reasentados en 36 comunidades de Canadá gracias a la ayuda del gobierno canadiense para poder empezar de cero en un nuevo hogar, lejos de su país natal.
1. Encontrar un trabajo en Canadá
La baja tasa de desempleo hace que para las personas que han llegado hasta allí Canadá se haya convertido en un país lleno de oportunidades a la hora de encontrar trabajo.
2. Seguridad, paz y tranquilidad
Canadá es uno de los países más seguros del mundo.
3. Integrarse en la sociedad
A través de grupos de voluntarios y comunidades de ayuda, las personas que acaban de llegar a vivir a Canadá consiguen sentirse como en casa.
4. Libertad religiosa
Canadá es un país multicultural donde se practican distintas religiones.
5. La oportunidad de formar una familia y educar a los niños.
Cuando Mohamed llegó a vivir a Canadá no sabía decir nada más que “bienvenido”. La sensación de no poder expresar su agradecimiento a quien les había acogido le resultaba desesperante.
Afortunadamente, había caído en buenas manos: Thuy Nguyen había sido refugiada 40 años atrás cuando huyó de la guerra de Vietnam en 1975. A los 12 años, tuvo que dejar atrás a sus padres y embarcarse en Corea del Sur en un viaje de 18 días hasta Canadá. Cuando vio a la familia de Mohamed, muchos recuerdos llegaron a su mente.
Ahora, Thuy ha encontrado la forma de devolverle al mundo la oportunidad que un día le ofrecieron.
Jamal Mahmut llegó a Canadá desde Turquía, a donde había huido desde su país, Siria, después de que su ciudad natal fuera tomada por el ISIS.
“Hemos hablado con familias sirias que llevan en Canadá un tiempo y nos aseguran que aquí hay muchas oportunidades. Espero que encontrar trabajo no sea un problema. Yo era fontanero en Siria”
Mahmut aprende inglés a marchas forzadas para poder encontrar un trabajo con el que mantener a su familia, que pronto tendrá un nuevo miembro.
Cuando una bala alcanzó el cuello del joven Mohamad de camino a la mezquita, sólo notó un profundo dolor. Él, al igual que su familia, nació sin audición por lo que no pudo oír el disparo que le llevaría más tarde hasta la ciudad canadiense de Calgary. Después de 3 meses viviendo en Canadá, se sienten como en casa.
Este país les ha dado la bienvenida en un momento de necesidad por lo que Suad sólo espera que sus hijos puedan devolver a Canadá lo que ha hecho por ellos.
“La gente es acogedora, son personas de buen corazón. Soy muy feliz aquí.”
Suad, madre de Mohamad y refugiada siria reasentada en Canadá.
Miles de refugiados sirios han podido comenzar una nueva vida en Canadá. Otros muchos necesitan tu ayuda para poder tener un futuro.
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