Un grupo de expertos de Naciones Unidas en seguridad alimentaria alerta de la hambruna existente en varios puntos de la región del occidente sudanés, en su informe mundial publicado este jueves 1 de agosto.
La guerra que comenzó en abril de 2023, afecta a todo Sudán, pero las zonas más devastadas por el conflicto son las que ahora registran hambruna y se teme que siga extendiéndose durante los próximos dos meses. Esto es lo que refleja el informe mundial sobre inseguridad alimentaria que también destaca la precaria situación del campo de desplazados de Zamzam, cuya población alcanza más de medio millón de personas.
En estos 15 meses de guerra, el conflicto armado ha ido intensificándose de tal manera que: “ha obstaculizado gravemente el acceso humanitario y ha empujado a la hambruna a partes del norte de Darfur, en particular en el campo para desplazados internos de Zamzam”, según el Comité de Revisión de la Hambruna de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases.
Este Comité está integrado por agencias de la ONU, socios regionales y organizaciones de ayuda, y clasifica la inseguridad alimentaria en cinco fases, la quinta de las cuales indica hambruna cuando al menos una de cada cinco personas o familias padece una falta extrema de alimentos y se enfrenta a la inanición.
A unos 12 kilómetros al sur de El Fasher, capital del estado de Darfur del Norte, se encuentra el campo de personas desplazadas internas de Sudán, uno de los mayores del país, con una población que no para de aumentar especialmente en las últimas semanas y que ha alcanzado ya las 500.000 personas.
Ante la intensidad de los enfrentamientos del conflicto, muchas personas han buscado refugio en los campos de desplazados internos del país donde los servicios son escasos o directamente inexistentes. Esto agrava aún más la situación humanitaria del país.
El informe estima que cerca de 320.000 personas han sido desplazadas desde mediados de abril en El Fasher, y que de 150.000 a 200.000 de ellas se han trasladado a Zamzam en busca de seguridad, servicios básicos y alimentos desde mediados de mayo.
“La magnitud de la devastación provocada por la creciente violencia en la ciudad de El Fasher es profunda y desgarradora”.
Indica el informe mundial sobre inseguridad alimentaria.
El principal problema de la hambruna en el campo de Zamzam son la propia guerra y la falta de acceso humanitario. Las restricciones al acceso humanitario, incluidos los impedimentos impuestos por las partes activas en el conflicto, han limitado gravemente la capacidad de las organizaciones especializadas de ampliar la asistencia a la población necesitada.
El Comité prevé un empeoramiento de la situación al menos hasta octubre debido a la falta continua de acceso a los alimentos, pero también al mayor riesgo de enfermedades infecciosas y un acceso muy limitado a los servicios de atención médica y nutrición. Y es que el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, la posibilidad de un brote de sarampión por la baja cobertura de vacunación, y una mayor incidencia de malaria asociada con la temporada de lluvias son los peligros a los que se enfrenta la población.
La solución a todos estos problemas pasa por el cese de las hostilidades y el restablecimiento del acceso de ayuda humanitaria para poder frenar la situación de inseguridad alimentaria y el riesgo para la salud de la población.
“Las condiciones de hambruna empeorarán y se prolongarán aún más si el conflicto continúa y no se permite el acceso humanitario y comercial pleno”.
Alerta el Comité de Revisión de la Hambruna de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases.
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