Niños sin escolarizar: Educar hoy para el mañana
Algo más del 50% de los 65,3 millones de refugiados y desplazados que hay en el mundo son niños, muchos son niños sin escolarizar a causa de la huida y el exilio. ACNUR trabaja para poner fin a esta situación apostando por la educación en sus campos de refugiados. Te contamos cómo y por qué.
Los niños refugiados engrosan los números de niños sin escolarizar
Los niños refugiados son los que más sufren, ya que para un niño no es fácil comprender por qué la guerra les ha hecho perder a sus familias, su casa y sus amigos. Además, muchos niños se quedan sin escolarizar al verse obligados a huir y, una vez que llegan a los campos de refugiados, sólo quieren recuperar sus vidas, soñar con un mañana mejor.
ACNUR es consciente de que la educación es básica para que un niño refugiado recupere su infancia y sea una persona de provecho para sí misma y su comunidad. Por eso, una de sus prioridades es garantizar que los pequeños tengan acceso a la educación. Y para ello, mejorar la situación de los niños sin escolarizar en los países que los acogen es de vital importancia. Por este motivo, ACNUR contribuye a formar a profesores locales, a aportar material y mobiliario escolar y a buscar soluciones para eliminar las barreras que impiden a los niños y niñas refugiados asistir a clase.
Un proyecto que devuelve a la escuela a miles de niños
En este contexto, se puso en marcha en 2012 el proyecto “Educa a un niño” en los 12 países con mayor número de niños refugiados sin escolarizar: Siria, Yemen, Malasia, Irán, Pakistán, Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Ruanda, Uganda, Kenia y Chad. El objetivo es evitar que estos refugiados se conviertan en generaciones perdidas.
Sin embargo, esta tarea no resulta fácil, ya que los niños refugiados se enfrentan a constantes barreras: un idioma diferente, situaciones de pobreza extrema, marginación, distancias de varios kilómetros a pie para llegar al colegio, traumas por las situaciones vividas… Al mismo tiempo, otro reto es la falta de financiación para llevar a cabo los proyectos.
En el Comité español de ACNUR hemos apoyado el proyecto “Educa a un niño” desde sus inicios, convirtiéndonos en uno de los principales financiadores de esta iniciativa. Gracias al apoyo de nuestros socios y colaboradores, “Educa a un niño” consiguió en el último año que más de 563.000 niños se mantuvieran matriculados en las escuelas. Además, se han rehabilitado y construido más de 172 aulas, se han proporcionado más de 120.000 libros de texto y 4.000 pupitres y se han concedido becas a 10.700 familias en situación de pobreza extrema, entre otros logros conseguidos en 2015.
Uganda: un ejemplo de escolarización de niños refugiados
Elisa Cortés, Técnico en Alianzas Estratégicas del Comité, ha podido comprobar en las escuelas de Uganda cómo este proyecto está cambiando la realidad de muchos niños refugiados en este país. “Nunca había visto a ningún niño con tanto orgullo y determinación de ir a la escuela y tan consciente de que esa era su única escapatoria para una vida mejor”, dice nuestra compañera.
Sólo uno de cada dos niños refugiados tiene la oportunidad de ir al colegio, nunca sabrán cómo es el interior de un aula. “Para estos niños ir a la escuela lo es todo, representa su única oportunidad de olvidar el pasado del que huyeron, soñar con el futuro que merecen, y adquirir las herramientas de protección para su vida", añade Elisa.
Con sólo 20 euros, un niño refugiado puede ir a la escuela por primera vez, empezar y continuar con su educación, incrementando exponencialmente sus posibilidades para una vida autosuficiente que le permitirá cuidar de sí mismo y de los suyos.
Desde el Comité español de ACNUR, te animamos a formar parte de este proyecto educativo haciendo un donativo que permitirá a un niño refugiado tener acceso a la escuela con Educa un niño.
Educación: el arma que salva vidas
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