Tendencias de asilo en la última década

Un solicitante de asilo es una persona que ha requerido el reconocimiento de la condición de refugiado, pero esa solicitud aún está siendo evaluada. Las solicitudes de asilo van en aumento. Entre 2010 y 2019 se registraron 16,2 millones de nuevas solicitudes en todo el mundo, dos tercios de ellas se recibieron en los últimos cinco años.

En 2019 hubo 2 millones de nuevas solicitudes, lo que representa el 14% del total de toda la década. A día de hoy, hay 4,2 millones de solicitantes de asilo.

EE. UU fue el mayor receptor mundial de nuevas solicitudes en 2019 (301.000), seguido de Perú (259.800), Alemania (142.500), 85% Francia (123.900) y España (118.300).

Durante las crisis y los desplazamientos, los niños y niñas, los adolescentes y los jóvenes corren el riesgo de ser explotados y maltratados, especialmente cuando no están acompañados o están separados de sus familias.

Entre 2010 y 2019, unos 400.000 niños y niñas no acompañados presentaron solicitudes de asilo en 117 países o territorios, cerca del 3% del número total de nuevas solicitudes. Las solicitudes de menores no acompañados alcanzaron su cénit a mediados de la década, cuando miles de ellos cruzaron el Mediterráneo hacia Europa en busca de protección y seguridad. El número ha decrecido en los últimos años hasta llegar a 25.000 en 2019, según datos provisionales.

A Kamila, de 8 años, y a Krystal, de 7, les encanta ir a la escuela. Su familia y ellas llegaron a Panamá después de huir de Venezuela. Sus padres las matricularon en un colegio público de su nueva comunidad para que pudieran seguir estudiando y construyendo su futuro.

La educación es un derecho humano básico. Durante el exilio, el acceso a la escuela para los niños refugiados y solicitantes de asilo les permite desarrollar sus conocimientos y competencias no solo para sobrevivir, sino también para prosperar.

Panamá acoge a 19.000 refugiados y solicitantes de asilo procedentes de países como Nicaragua, El Salvador, Venezuela y Colombia. La educación pública en Panamá es gratuita para todos, incluidos los refugiados y los solicitantes de asilo.

Europa registró 9,2 millones de solicitudes de asilo, las Américas 3,4 millones y las tres regiones del África subsahariana un total de 2 millones. La región de Asia y el Pacífico registró casi 1 millón de solicitudes y la de Oriente Medio y África septentrional, unas 633.000 solicitudes de asilo.

Otros países que registraron un número considerable de nuevas solicitudes de asilo en 2019 fueron Francia (123.900), España (118.300), Brasil (82.500) y Grecia (74.900).

Otros países de origen de las nuevas solicitudes de asilo durante la última década son Irak (800.000), Ucrania (600.000), la RDC (500.000) y Eritrea (400.000).

Los gobiernos y ACNUR determinan si se debe conceder la condición de refugiado a grupos o a personas mediante un proceso denominado Determinación de la Condición de Refugiado (RSD, por sus siglas en inglés). Se trata de un paso esencial para garantizar que los refugiados reciban protección y soluciones duraderas, como la repatriación, la construcción de nuevas vidas en sus comunidades de acogida o el reasentamiento en terceros países.

Solo los estados pueden garantizar una protección integral de los refugiados y soluciones firmes y duraderas para ellos. Durante la última década, para ACNUR fue una prioridad máxima apoyar a los estados en el procedimiento de la RSD.

En los países donde no haya sistemas nacionales de RSD, ACNUR puede llevar a cabo la Determinación de la Condición de Refugiado. También puede hacerlo de manera conjunta con un estado.

En la última década, el número de estados y territorios que cuenta con procedimientos nacionales de asilo aumentó de 108 en 2010 a 121 en 2019.

El proceso para determinar si una persona recibe un estatus de protección es crucial. En los últimos diez años, 20 millones de personas han recibido la condición de refugiado o de protección temporal mediante procedimientos de grupo.

El Pacto Mundial para los Refugiados recomienda que los estados fortalezcan sus sistemas de asilo, aumentando la eficiencia, la justicia, la adaptabilidad y la integridad, a través del mecanismo del Grupo de Apoyo a la Capacidad de Asilo. Este mecanismo ayudará a los estados a adaptar sus sistemas de asilo a los grandes cambios que se producen en el mundo, desde el cambio climático hasta la COVID-19.