La situación por la que pasan las personas que se ven obligadas a huir del conflicto y la persecución no es fácil. Los refugiados no solo tienen...
La situación por la que pasan las personas que se ven obligadas a huir del conflicto y la persecución no es fácil. Los refugiados no solo tienen que hacer frente a dejar atrás su hogar: cuando llegan al país de acogida tienen que empezar una nueva vida, en un lugar nuevo, donde no conocen a nadie.
Este proceso de integración, de conocer un nuevo idioma o una nueva cultura resulta más fácil cuando las personas refugiadas cuentan con el apoyo de una persona local.
Bajo esta idea nace la iniciativa Befriending: un proyecto desarrollado por la ONG Rescate junto con el Comité español de ACNUR y La Representación de ACNUR España que une a refugiados o solicitantes de asilo que viven en nuestro país con una persona local. Desde su creación en 2015, Befriending ha unido a más de 500 personas refugiadas en España con voluntarios que han querido participar en este proyecto de integración.
Tal y como explica Alí, uno de los refugiados en España que ha participado en el proyecto Befriending, para las personas que se ven obligadas a huir de su hogar los problemas no terminan cuando abandonan su país. “No saben lo duro que es después”, explica. No solo se trata de acostumbrarse a una nueva forma de vida, aprender un nuevo idioma, conocer una nueva cultura: “Papeles, trabajo, idioma, costumbres… Pero lo peor, es estar solo.”
https://www.youtube.com/watch?v=RsnFLXjQFk0
En esto mismo coincide Rouba, una mujer refugiada de Damasco que ahora reside en España: “Amigos. Necesito amigos.” Gracias a Befriending, Rouba conoció a Laila, una voluntaria española con la que ha entablado amistad y que le ha ayudado a tener el apoyo del que muchas personas, en su situación, carecen.
Participar en un proyecto de este tipo también es muy enriquecedor para las personas voluntarias, ya que tiene un efecto transformador de sensibilización de la sociedad civil. Todas las personas involucradas, tanto refugiados como voluntarios, aprenden y aportan algo a la otra persona.
Said huyó de la guerra en Siria en 2014 y la suya es una de las muchas historias que deja tras de sí el conflicto en el país, conflicto que ha cumplido ya su noveno año. “Cuando llegué a España, no tenía nada”, dice Said. “Me sentía desnudo de derechos. Yo me sentía mal psicológicamente por lo que había vivido. Necesitaba protección para mí y para mi familia.”
Para Said, el vínculo afectivo que le proporcionó la participación en el programa de Befriending fue más importante incluso que recibir otros tipos de ayuda. “Befriending me ayudó a fortalecerme como ser humano con plenos derechos, aprendí en cada encuentro sobre el idioma y la cultura del país que me abrió las puertas.”
Participar en el programa de Befriending es posible a través de este enlace.
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