En las últimas semanas se han registrado nuevos conflictos en República Democrática del Congo, con el consiguiente daño contra la población civil desplazada. La Agencia de...
En las últimas semanas se han registrado nuevos conflictos en República Democrática del Congo, con el consiguiente daño contra la población civil desplazada. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y sus socios locales han alertado sobre la situación, reportando ocho ataques en la provincia de Ituri en los primeros días de febrero. En esos ataques se registraron casos de asesinatos, secuestros, robo de ganado y alimentos, y quema de casas.
Durante el mes de febrero la violencia en RDC continuó con grupos de militares que, armados de machetes, masacraron a 17 personas en la localidad de Lando, en el territorio Djugu, entre las cuales había ocho menores. Cuando los agresores incendiaron los albergues, una madre y sus dos hijos fueron quemados vivos.
Pese al estado de sitio impuesto por el gobierno en mayo de 2021, a través del cual se intentó frenar la escalada de enfrentamientos, los casos de violencia en RDC no han disminuido. Es por eso que ACNUR vuelve a insistir y a instar a todas las partes involucradas a poner fin a la violencia contra la población civil, que ha generado al menos 10.000 personas desplazadas en Kivu del Sur y un total de 2,7 millones de nuevas personas desplazadas en toda la República Democrática del Congo entre enero y noviembre de 2021.
La inestabilidad política en el país africano entre 2017 y 2019 provocó el desplazamiento interno de más de 5 millones de personas, sobre todo en Kasai, Tanganyika, Ituri y Kivu. Angola, Zambia y otros países vecinos han acogido a otros cientos de miles de congoleños y congoleñas que huyeron de la violencia.
Tras una larga y cruenta guerra civil que acabó en 2003, la violencia en RDC no cesó, sino que se focalizó en la zona oriental del país. Y desde 2016, volvió a crecer, a intensificarse y a extenderse otra vez por todo el país, sobre todo el sur y el centro.
ACNUR mantiene un trabajo muy activo y sostenido en la región con campañas que tratan de prevenir y frenar la violencia sexual y de género a la que están sometidas miles de niñas y de niños desplazados. También actúa proporcionando albergue y asistencia en efectivo a los más vulnerables y trabaja en coordinación con la Organización Internacional para las Migraciones en la gestión de los sitios que albergan a los desplazados internos en Kivu del Norte y Tanganyika.
A mediados de 2021, los grupos armados volvieron a atacar a la población civil pese al decreto de estado de emergencia del presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi. Al menos 14 personas fueron asesinadas por estos grupos en la ciudad de Beni y sus alrededores y muchas propiedades fueron saqueadas y otras incendiadas. Durante el año anterior, en 2020, más de 100.000 personas desplazadas fueron asistidas con alojamientos de emergencia por parte de ACNUR.
Elodie Kavugho, de 41 años, junto a sus ocho hijos, tuvo que vivir durante meses en una tienda de campaña con goteras. Una madre soltera desprotegida y desesperada, a merced de muchos peligros tras el ataque que sufrió su pueblo en marzo de 2020, al noreste de la República Democrática del Congo.
“Caminamos durante dos días para llegar a la ciudad de Mangina. No teníamos dónde quedarnos”, dice y agrega: “Los pies nos dolieron por una semana; los masajeábamos todos los días”. Tras nueve meses de desesperación, al fin pudo instalarse junto a sus hijos en una casa de ladrillo resistente, con techo de paja y en condiciones más dignas, gracias al trabajo de ACNUR y sus socios locales.
Otra familia que tuvo acceso a una vivienda digna fue la de Dusabé Irasebura, de 53 años, quien junto con su esposa y sus seis hijos huyó de casa hace muchos años a causa de la violencia en RDC y encontró seguridad en Kitchanga, al sur de la provincia. “Ya no tengo que dormir en la misma habitación con todos mis hijos. ¡Ya no soy un desplazado y me siento tan bien!”, asegura.
Durante su visita a la zona el año pasado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, felicitó a todas las iniciativas humanitarias que se han puesto en marcha para ayudar a cientos de miles de personas desplazadas a causa de la violencia en RDC. “Se trata de un esfuerzo verdaderamente inclusivo. Las personas refugiadas pueden sembrar junto a la comunidad de acogida, ser autosuficientes, ir a la escuela y recibir atención médica”, dijo el funcionario.