Arabia Saudita ocupa gran parte del Rub Al Khali, que es el desierto más árido del mundo. Su mezcla de tradición y modernidad la convierten en un destino...
Arabia Saudita ocupa gran parte del Rub Al Khali, que es el desierto más árido del mundo. Su mezcla de tradición y modernidad la convierten en un destino ideal para distintos tipos de turistas. No obstante, entrar en el país no es sencillo. Tendrás que recibir una invitación para solicitar el visado.
Pese a que formalmente se encuentra en Asia, es uno de los países de Oriente Próximo que juega un papel estratégico en el intercambio comercial y cultural con África (tiene frontera con Egipto) e incluso con Europa.
De tradición musulmana, convoca año tras año a miles de feligreses del islam y de otras religiones, que viajan allí para apreciar sus numerosos atractivos, entre los cuales destacan varios templos y las ciudades de Medina y La Meca.
Si estás pensando en elegir a Arabia Saudita como destino de tus vacaciones este verano, no dejes de visitar estos cuatro lugares:
Al ser el desierto de arena más grande del mundo, ofrece paisajes de gran belleza. Pese a que las temperaturas son altas y no se programan expediciones, si vas por tu cuenta podrás apreciar enormes dunas y agujeros que se formaron tras el impacto de varios meteoritos en siglos precedentes. ¡Es todo un espectáculo!
Pero no todo es arena en Arabia Saudita. En el suroeste del país se levanta una cadena montañosa que rompe con todo lo visto hasta llegar allí: las montañas Asir, que alcanzan alturas de hasta 3.000 metros. Durante las excursiones se pueden contemplar los campos de mijo, trigo y dátiles, y una gran zona salina.
Esta región del norte de Arabia Saudita está considerada el centro arqueológico más importante del país. En ella se encuentran pinturas rupestres de más de 5.000 años de antigüedad y algunas ruinas de la época de los nabateos, una de las culturas que más huella ha dejado en el país.
Es uno de los puertos más importantes del país en el mar Rojo. Dotada de playas de gran belleza, la ciudad ofrece numerosas opciones tanto para el turismo de aventura como para el ecoturismo. Además, el casco antiguo conserva gran parte de su legado cultural como, por ejemplo, viviendas construidas en el siglo XVIII o sitios como el Museo Municipal. Thalía es su parte moderna.
Al ser un estado musulmán, está prohibido el consumo de carne de cerdo y el alcohol. La mayoría de los platos de la gastronomía de Arabia Saudita están elaborados a base de carne de cordero, verduras, berenjenas, cebollas y pepinos.
El kabsa, un guiso de arroz preparado con cebolla, cardamomo, ajo, canela, almendras, dátiles y pasas, está considerado el plato nacional. Otro alimento bastante habitual en la mesa de los saudíes es el pollo, que suele cocinarse a fuego abierto, y el jugo que se extrae de su cocción se mezcla con el arroz de kabsa.
Además, se destacan alimentos como el khubz (pan chato de textura gruesa), la kleeja (galleta de harina de trigo, mantequilla y cardamomo) y el falafel saudí (croquetas elaboradas a base de habas).
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