El 2 de octubre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia, aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi, pionero de la filosofía de la no violencia. Días como este son importantes para recordar la importancia de defender la paz ante la situación tan complicada a nivel mundial que estamos viviendo actualmente. Y recordar que los más perjudicados siempre en todas las guerras los civiles.
El 15 de junio de 2007, la Asamblea General de Naciones Unidas estableció en la resolución A/RES/61/271 la conmemoración del Día Internacional de la No Violencia. Un día para "difundir el mensaje de la no violencia, incluso a través de la educación y la conciencia pública". La resolución reafirma "la relevancia universal del principio de no violencia y el deseo de asegurar una cultura de paz, tolerancia, comprensión y no violencia".
Cuando se presentó la resolución en la Asamblea General, el Ministro de Estado de Relaciones Exteriores de la India, Anand Sharma, dijo que el amplio apoyo de la resolución era un reflejo del respeto universal por Mahatma Gandhi y su filosofía de vida. Y citándole dijo: "la no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre".
Gandhi fue capaz de llevar a la India a su independencia rechazando el camino de la violencia, convirtiéndose así en fuente de inspiración para los movimientos no violentos que luchan por los derechos civiles y por el cambio social. Su idea era que no se podía lograr una sociedad pacífica utilizando la violencia, así que creía que los indios debían librarse del colonialismo mediante movimientos pacifistas.
También conocido como la resistencia no violenta, este principio rechaza el uso de la violencia física para lograr un cambio social o político. Se le ha descrito como la “la política de la gente común” y ha sido adoptado por muchos movimientos que quieren un cambio social en oposición a la guerra.
Existen tres categorías principales de acción no violenta:
El líder teórico de esta filosofía es el profesor Gene Sharp que dice que "la acción no violenta es una técnica por medio de la cual las personas que rechazan la pasividad y la sumisión pueden llevar adelante su lucha sin violencia. La acción no violenta no es un intento por prevenir o ignorar el conflicto”.
La realidad es que este principio de la No Violencia que Gandhi llevó a la práctica y por el que consiguió ser líder e inspiración para muchos, no es algo que, desgraciadamente, se practique por los líderes políticos en el mundo actual.
La violencia prolongada y los conflictos estancados, a menudo impulsados por una rivalidad sin aparente avance, afectan no solo a los combatientes, sino especialmente a las comunidades vulnerables que quedan atrapadas en el medio. Conflictos como los actuales en Líbano, Sudán, Ucrania, República Democrática del Congo, Siria, Yemen o Afganistán no parecen tener una solución alcanzable entre los lados del conflicto que solo quieren mostrar su fuerza sin buscar acuerdos. Y al final los que más sufren siempre son los civiles.
La persistencia de estos conflictos solo perpetúa el sufrimiento y la necesidad de apoyo humanitario. Y es que la no violencia no significa inacción, sino un esfuerzo activo por encontrar alternativas constructivas. El diálogo, la empatía y la diplomacia son los únicos caminos posibles hacia la resolución de los conflictos. No solo lo son para detener la violencia física, sino también para fomentar la justicia y la reconciliación.
Mientras tanto, las organizaciones humanitarias como ACNUR trabajan para asistir a la población civil que son las víctimas de estos conflictos y que necesitan ayuda, asistencia y protección.
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