Vivir en un país es guerra es duro, pero lo es todavía más en pleno invierno. Eso lo saben bien Oleksandra, Iryna, Anatolii o Zinaida. Personas que llevan varios inviernos sufriendo, viviendo con miedo la horrible situación por la que está pasando su país, Ucrania. Ellas han decidido quedarse allí a pesar de todo. Llevan demasiado tiempo sufriendo la guerra y las bajas temperaturas de esta época complican aún más sus vidas.
Oleksandra y Zinaida son vecinas. La primera tiene 85 años y trabajaba como asistente social con niños y niñas. Zinaida tiene 76 años y ha dedicado toda su vida al servicio público, trabajando como taxista para una empresa estatal. A lo largo de los años, ha llevado a personas por todo el país, incluso en momentos críticos como la catástrofe de Chernóbil, cuando ayudó a evacuar a la gente.
Ambas viven en un edificio residencial de 90 apartamentos de la ciudad de Kiev que resultó muy dañado por los restos de un cohete ruso en 2023. Cuando ocurrió, Zinaida estaba en casa. “Recuerdo que me desperté sobresaltada. Tenía esquirlas de cristal por todas partes de las ventanas que estaban destrozadas. Todavía hoy, cada vez que oigo las alarmas de aire, me asusto mucho, porque me recuerda a aquella noche”.
ACNUR reparó 1.400 m2 del tejado de su edificio, lo que les ha permitido a ellas y a muchas familias permanecer en sus hogares. En octubre de 2024, ACNUR y la ONG asociada Rokada, distribuyeron kits térmicos rápidos a Zinaida, a Oleksandra y a otras personas que vivían en el edificio residencial, antes de que llegara el frío. Todo esto ayudará a las familias a mantenerse calientes durante los fríos meses de invierno en el país.
“Ha empezado a hacer mucho frío, pero creo que para el invierno podremos arreglárnoslas. Sobre todo, espero que haya paz”.
Zinaida
Iryna, de 60 años, y su marido Anatolii, de 72, huyeron de su casa en el pueblo de Prysheb, en la región de Zaporizhzhia. Iryna se marchó inmediatamente después de que comenzara la invasión a gran escala en febrero de 2022, mientras que Anatolii se quedó al principio, viviendo algún tiempo bajo la ocupación rusa, hasta que consiguió salir en abril de 2022 a través de un corredor humanitario. Ahora la pareja se aloja en el pueblo de Petropil, en otra parte de la región.
ACNUR y su ONG socia Proliska proporcionaron a la familia un kit térmico además de ayudar con la instalación, para aislar mejor su hogar.
“El invierno pasado no tuvimos calefacción, y creemos que este invierno será igual. Quizá utilicemos leña para calentar la casa. Y por supuesto, con las ventanas aisladas ahora, será mejor”.
Cuentan Iryna y Anatolii.
Proporcionar asistencia invernal a las personas desplazadas y afectadas por la guerra en toda Ucrania, incluidas las comunidades de primera línea, sigue siendo una de las principales prioridades de ACNUR. Durante la temporada de invierno 2024-2025, en coordinación con el gobierno ucraniano, ACNUR pretende llegar a 625.000 personas con asistencia invernal.
Esto incluye proporcionar ayuda en efectivo para cubrir los costes energéticos y otras necesidades urgentes durante los meses fríos, así como distribuir calentadores, generadores, y ayudar a reparar los hogares y los emplazamientos colectivos que acogen a los desplazados internos más vulnerables. Además, distribuyen kits térmicos rápidos, que incluyen artículos para mejorar el aislamiento de las viviendas de forma fácil y rentable. Entre ellos hay pantallas aislantes reflectantes, láminas de plástico transparente para reparar ventanas, bloqueadores de corrientes de aire de espuma y cinta adhesiva de construcción.
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