Alaa es una refugiada siria que, antes de tener que abandonar su hogar, estudiaba segundo de Arquitectura en la ciudad de Damasco. Como ya no se sentía segura, emigró...
Alaa es una refugiada siria que, antes de tener que abandonar su hogar, estudiaba segundo de Arquitectura en la ciudad de Damasco. Como ya no se sentía segura, emigró a Europa y consiguió una plaza en la Universidad de Lisboa, donde sigue cursando sus estudios. Ahora, trabaja en un proyecto de vivienda social que podría proporcionar viviendas de bajo coste a 65 familias que lo han dejado todo atrás.
Foto: UNHCR/Bruno Galan Ruiz
Al no sentirse segura en su hogar, decidió abandonarlo para buscar una nueva oportunidad. Primero, intentó quedarse en Estambul, pero le costaba mucho aprender el idioma y no era capaz de encontrar trabajo para poder llevar una vida digna. Con estos obstáculos, pensar en retomar sus estudios se hacía imposible, pero no se dio por vencida.
Probó suerte en El Cairo, pero, aunque parecía que las cosas iban mejor, tampoco consiguió adaptarse. Fue en septiembre de 2013 cuando leyó una entrada en un blog que le cambiaría la vida. Se trataba de una iniciativa sin ánimo de lucro llamada Plataforma Global, orientada a estudiantes sirios como ella y que ofrecía becas para ayudarles a completar sus estudios universitarios.
Aunque no tenía muchas esperanzas, se apuntó y cuatro meses más tarde le dijeron que había sido aceptada en el programa. A pesar de que a sus padres les asustaba la idea de que tuviese que viajar sola a Europa, Alaa no quería perder esta oportunidad, así que al año siguiente viajó a Portugal para seguir con su formación.
“Este país me ha hecho cambiar completamente. Al principio veía muchas diferencias en la comida, la cultura y la forma de pensar de las personas, y he aprendido a valorar que en la vida no todo se rige por el concepto de correcto o incorrecto, sino que hay muchos puntos de vista diferentes”, cuenta Alaa. Su adaptación ha sido plena y ya disfruta de las clases y el tiempo libre con sus compañeros.
Desde 2014, la Plataforma Global de Asistencia a Estudiantes Sirios ha dado becas a 150 estudiantes que se encuentran terminando sus grados en diez países de todo el mundo. Debido al éxito de la iniciativa, ya se está pensando en otras, como la garantía del acceso a la educación en situaciones de emergencia.
Además de completar sus estudios, Alaa ha puesto en marcha un proyecto, basado en su propia experiencia, que consiste en el diseño de viviendas orientadas especialmente a refugiados y que puedan construirse a bajo precio. El complejo también incluiría una residencia para estudiantes, porque quiere que otros jóvenes como ella tengan la oportunidad de terminar sus estudios.
Alaa ha empezado una nueva vida lejos de su casa y lo ha hecho con la vista puesta en ayudar a personas que también han tenido que dejarlo todo. Ahora ya está pensando en su próximo proyecto, que se va a orientar a mejorar las casas que ha diseñado con el fin de ofrecer a otros refugiados las comodidades propias de su hogar y así tratar de minimizar el impacto de estar a cientos de kilómetros de sus casas y de sus seres queridos.