Se conocieron en una pista de baile hace 50 años. “La vi bailar. Vi a una chica preciosa”, dice Anatolii mientras sonríe y Taisiia, responde “me preguntó si quería bailar y así empezamos”. Lo suyo fue amor a primera vista porque, tan solo ocho meses después, se casaron. Han pasado 50 años desde aquello y en este San Valentín, su amor es más fuerte que nunca, pero echan mucho de menos a sus hijos, sus nietos y su hogar. Taisiia y Anatolii son ucranianos y tuvieron que huir cuando la guerra llegó a su país.
La pareja vivía en Odesa cuando Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022. Al principio no querían abandonar su ciudad, el hogar donde habían construido una vida juntos. Pero, finalmente, su hijo les convenció para que huyeran a Moldavia, el país vecino que ha acogido a más de 135.000 personas refugiadas. En este pequeño país han encontrado seguridad y una cálida acogida, pero sueñan con reunirse de nuevo con su familia. La mayoría de sus parientes se quedaron en su país y sus hijos y nietos están en Alemania, Polonia y Ucrania.
“Nos gustaría reunirnos en un solo lugar; por supuesto, nos gustaría que fuera en casa. Todos soñamos y todos lo deseamos”.
Taisiia, refugiada ucraniana en Moldavia.
La pareja está viviendo una de las épocas más duras de su vida desde que comenzó la guerra en Ucrania. Durante este triste periodo, ACNUR ha estado al lado de Taisiia y Anatolii, proporcionándoles un lugar seguro y cálido donde vivir, un refugio en el país vecino, Moldavia. “Es un sitio agradable, tenemos nuestra habitación, un baño, un balcón. Las condiciones son buenas. No tenemos frío, hemos tenido días muy fríos”, dice Taisiia.
Desde octubre, la pareja ha recibido la asistencia de invierno de ACNUR con artículos esenciales como ropa de cama, mantas, ropa de invierno y un calefactor, además de subvenciones en efectivo. Esta asistencia ayuda a la pareja a comprar las cosas que más necesitan, desde alimentos hasta medicamentos.
Taisiia y Anatolii, son solo dos de los 6,8 millones de personas que han decidido cruzar las fronteras de Ucrania desde que comenzó la guerra. De todas ellas, 6,3 millones están viviendo en países europeos.
Desde la invasión a gran escala de Rusia, más de un millón de ucranianos y ucranianas cruzaron la frontera con la vecina Moldavia, y más de 135.000 permanecen en allí. Este pequeño país les ha acogido con los brazos abiertos, les ha dado un lugar en el que volver a empezar lejos de las bombas y el miedo.
Esta bonita pareja lleva toda una vida juntos y, a pesar, de la guerra, permanecen unidos. Y aunque hayan encontrado un lugar fuera de peligro para vivir, tienen el mismo deseo que cualquier persona refugiada, volver a su hogar y que vuelva la paz a su país.
“Lo más duro es que no estamos en nuestra casa. Queremos estar en casa”.
Taisiia, refugiada ucraniana en Moldavia.
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