Ali se encuentra en la estación de tren de St. Pancras para vivir una ocasión con la que lleva meses soñando. Cuando se abre la puerta del...
Ali se encuentra en la estación de tren de St. Pancras para vivir una ocasión con la que lleva meses soñando. Cuando se abre la puerta del tren, su hermano Ahmed baja del vagón y ambos se funden en un emotivo abrazo. Nuestros protagonistas, ambos hermanos de 21 y 16 años, no pueden creerse que estén por fin juntos, es por esto que en este post queríamos explicarte la historia de estos hermanos para enseñarte que ahora vuelven a ser una familia feliz.
Ahmed es uno de los cuatro jóvenes sirios que llegó a Europa y que lleva los últimos cuatro meses en un campo improvisado en Calais al que llaman La Jungla. El día anterior a su llegada, el departamento de inmigración de Reino Unido y el Tribunal de Asilo dieron permiso a Ahmed y otras tres personas para entrar en el país y permanecer en él mientras se procesan sus solicitudes de asilo. “Estoy muy feliz y muy agradecido por lo que ha hecho el Gobierno, y espero que también puedan ayudar al resto de los refugiados en Calais”, nos contaba Ahmed a su llegada sin soltarse del brazo de su hermano.
Ahmed tuvo que huir de Siria, su lugar de origen, en el año 2015 y desde entonces ha estado viajando por Europa a través de Turquía, Grecia y los Balcanes en busca de su hermano, que se había marchado de su casa el año anterior para buscar asilo en Reino Unido. Ahmed llegó a Calais, pero vio que no podía avanzar más por causa de los controles de la frontera, que se habían vuelto mucho más estrictos desde que su hermano se había trasladado a Escocia.
“Me fui de Siria porque la vida era muy difícil allí. Hay una guerra y no se puede vivir allí y esa es la razón por la que decidí viajar a Gran Bretaña. También quiero poder traer a mi familia de Siria. La vida allí es muy, muy difícil”, nos cuenta nuestro protagonista sobre la situación vivida en su lugar natal, Deraa, a unos 90 kilómetros al sur de Damasco, donde más de 13.000 personas, muchas de ellas niños, han muerto desde 2011 en los combates que allí se producen.
Los padres de Ahmed y Alí y otros tres hermanos permanecen todavía en Deraa. El tribunal inglés reconoció la urgencia de la reunificación familiar y dictaminó que todas las solicitudes de asilo de esta familia deberían ser evaluadas en Reino Unido. Durante todo el camino recorrido para reencontrarse con su hermano, Ahmed no dejó de sonreír. Vuelven a ser una familia feliz. Solo unas horas antes se despidió de sus amigos del campo de refugiados y también del líder de la comunidad siria allí, Abou Omar Ali, que no es solo un gestor, sino también un amigo. Él fue quién llevó su situación hasta Reino Unido, país con el que se trabaja en estrecha colaboración.
Aproximadamente 5.000 refugiados viven en el campo de refugiados conocido como La Jungla, una ciudad con tiendas de campaña en mal estado y campos anegados de agua. La mayoría han llegado allí huyendo de la guerra y vienen de Sudán, Afganistán, Eritrea, Irak o Siria. “Estamos aquí por la guerra. Hay guerra en nuestro país desde hace cinco años”, dice Abou Omar Ali. “Estoy seguro de que todos los sirios, cuando la guerra haya terminado, querremos volver, porque extrañamos nuestro país, nuestra familia, nuestra tierra”.