Varicela en niños: causas y efectos secundarios

La varicela es una enfermedad causada por el virus varicela zoster, miembro de la familia del herpesvirus que causa, entre otras, la culebrilla en los adultos. Aunque todos estamos expuestos a sufrirla, los casos de varicela en niños son recurrentes.

Estos virus se desarrollan y actúan en cualquier momento. Sin embargo, existen determinadas condiciones que favorecen su aparición como, por ejemplo, las que se viven en contextos donde el acceso a servicios básicos como el agua es limitado.

Los niños refugiados están expuestos a numerosas enfermedades. Su vulnerabilidad es mayor no solo por su dependencia a los adultos, sino porque se encuentran en proceso de crecimiento y requieren una alimentación y unos cuidados especiales.

Otras consideraciones sobre la varicela en los niños

La varicela es una enfermedad altamente contagiosa. No es necesario el contacto físico para contraerla. Basta permanecer cerca de una persona que ya presente sus síntomas, tanto en las fases iniciales como en las posteriores, para que el virus se desarrolle y se manifieste a través de las ampollas rojizas en todo el cuerpo.

La mayoría de las veces afecta a niños menores de 10 años. Aunque es una enfermedad en principio leve, si no se siguen los cuidados correspondientes puede derivar en complicaciones graves o prolongar el tiempo de convalecencia.

Entre sus principales síntomas se encuentran el dolor de cabeza, el dolor de estómago o la fiebre. Cuando los niños han sido vacunados a edad temprana, si contraen la varicela solo presentarán un cuadro leve de ella. Pero cuando no han sido vacunados, lo más probable es que el diagnóstico sea preocupante.

La varicela fue hasta hace poco tiempo una enfermedad habitual. Sin embargo, dados los avances tecnológicos y clínicos y el mayor acceso a las vacunas, hoy día algunos especialistas la consideran una enfermedad rara por las escasas probabilidades que existen de que se presente en niños y en adultos.

Varicela en niños refugiados y otras enfermedades

Los niños refugiados están expuestos a numerosas enfermedades durante su tránsito hacia zonas más seguras. Muchas veces las rutas que deben tomar con sus familias no son las mejores ni les garantizan su seguridad.

Tampoco los albergues o los lugares de estancia temporal suelen ser los más adecuados para su bienestar. Las malas condiciones de vida y la pobreza, unidas al acceso limitado a recursos como el agua multiplican las posibilidades de que sufran alguna enfermedad.

En el primer lugar de la lista de enfermedades más frecuentes en los niños refugiados están las de carácter nutricional, que son causadas por un déficit en su alimentación.

En un segundo plano se ubican aquellas causadas principalmente por la falta de agua potable, el consumo de agua contaminada o la ausencia de medidas de saneamiento. Todas estas se clasifican en la categoría de enfermedades diarreicas. El sarampión, la varicela y el paludismo se incluyen en dicha lista.

La varicela en niños y otras enfermedades a las que están expuestos los menores que han huido de sus hogares por culpa de la guerra ponen de manifiesto la necesidad de prestar una atención temprana a las familias refugiadas, tanto en los centros de registro como en los mismos campos de refugiados.