Saber de qué hablamos cuando citamos xenofobia y racismo es uno de los primeros pasos para evitarlos. Además de lo anterior, es importante inculcar los valores del respeto y...
Saber de qué hablamos cuando citamos xenofobia y racismo es uno de los primeros pasos para evitarlos. Además de lo anterior, es importante inculcar los valores del respeto y la igualdad a los más pequeños para que aprendan a convivir en armonía.
El racismo es un sentimiento de pertenencia a una grupo (entendido como raza) que se considera superior y que tiene, como consecuencia, la persecución o discriminación de otras personas que pertenecen a grupos diferentes.
La palabra xenofobia hace referencia al miedo y el rechazo hacia las personas extranjeras.
Así pues, dos características comunes de estas actitudes son la falta de empatía hacia personas que consideradas de una cultura diferente y la violencia pueden llegar a desencadenar.
Tanto la xenofobia como el racismo tiene una consecuencia muy clara: la discriminación. Cuando se discrimina a alguien, se lo separa del grupo y es muy susceptible de recibir ataques como consecuencia de un prejuicio. La discriminación puede ser de dos tipos:
Las medidas para evitar el racismo y la xenofobia pueden tomarse tanto desde el punto de vista social como desde el individual y pueden ser las siguientes:
Como consecuencia de lo anterior, es evidente que todos nosotros tenemos en nuestras manos la posibilidad de entender la situación de los extranjeros que llegan a nuestro país buscando un futuro mejor. Cada aportación para ayudarles es importante, porque la solidaridad es la base de una buena convivencia.
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