Yusra Mardini: nadar para vivir Yusra Mardini: nadar para vivir

Yusra Mardini: nadar para vivir

Cuando tenía 17 años, Yusra Mardini decidió huir de Damasco junto con su hermana Sara, hartas y temerosas de la violencia de la guerra en Siria en 2011. Inició su...

22 de diciembre, 2020

Tiempo de lectura: 4 minutos

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Cuando tenía 17 años, Yusra Mardini decidió huir de Damasco junto con su hermana Sara, hartas y temerosas de la violencia de la guerra en Siria en 2011. Inició su viaje hacia Líbano, siguió en Turquía y, en el último tramo, se subió a un bote para intentar cruzar a Grecia.  “Éramos 20 personas en el bote y después de media hora o 15 minutos, el motor se detuvo. Lo perdí todo. Solo tenía una camiseta, vaqueros. Ni siquiera tenía mis sandalias”, recuerda esta joven sobre lo que sería la gran gesta de su vida, la que la pondría en boca de todo el mundo como una referente de lucha y de compromiso, además de un ejemplo en el uso de la voluntad para salir adelante.

En el momento en que falló el motor, Yusra, su hermana y otras dos personas tomaron la decisión de salvarlo: saltaron al mar y estuvieron nadando durante tres horas sin detenerse, impulsando la barca con las pocas fuerzas que les quedaban. Consiguieron llegar a la isla griega de Lesbos y, desde allí, Yusra siguió rumbo a Alemania, donde pudo continuar con su entrenamiento de nadadora en la ciudad de Berlín.

En 2016 fue parte del primer Equipo Olímpico de Refugiados en los Juegos de Río de Janeiro. Al año siguiente, en abril de 2017, la refugiada siria Yusra Mardini se convertía en la Embajadora de Buena Voluntad más joven de la historia de ACNUR. Desde este espacio, Yusra continúa defendiendo la dignidad de la población refugiada en diferentes partes del planeta, con viajes destacados a Japón, a Davos o a Sicilia, siempre llevando el mensaje de la tolerancia y el respeto de las personas desplazadas, refugiadas y solicitantes de asilo.

https://www.youtube.com/watch?v=zWTvAF4moK0

Una vida de libro

“Quiero representar a todos los refugiados porque quiero mostrarle al mundo que después del dolor y después de la tormenta vienen días de calma”, dice esta joven que, con tan solo 22 años, ya ha escrito un libro sobre su vida. Se titula Butterfly (Mariposa) y esta historia sería llevada al cine en 2019, pero las complicaciones de la epidemia de COVID-19 generaron que la película sobre Yusra Mardini aún no tenga fecha de estreno.

En las páginas de su autobiografía, cuenta cómo fue la gesta por el mar que la dio a conocer y a representar a ACNUR en diferentes partes del mundo. También da detalles de cuando las bombas de Siria cayeron sobre el estadio en el que entrenaba en Damasco y ya no pudo seguir practicando la natación en su país.

Yusra Mardini fue nombrada como una de las 25 mujeres que pueden cambiar el mundo en la revista People y como una de las 30 adolescentes más influyentes según la revista Time en 2016. Actualmente continúa viviendo en Berlín y entrenando muy duro para participar de los Juegos Olímpicos de Tokio que iban a celebrarse en 2020 pero que, por causa de la pandemia, se harán en 2021. Y sigue con mucha preocupación la situación dramática que sigue viviendo Siria y la situación de los refugiados de su país.

Los refugiados en Siria hoy

Tras muchos años de conflictos ininterrumpidos, la crisis de refugiados en Siria sigue siendo de extrema gravedad, con 5,6 millones de personas fuera del país. La gran mayoría de los refugiados sirios, unos 3,6 millones, viven actualmente en Turquía. A esto hay que sumar los más de 6,2 millones de personas desplazadas dentro de Siria. Según datos de ACNUR, el 80% de todas estas personas vive en la más extrema pobreza, más de 7.000 niños fueron asesinados o mutilados por la guerra y cerca de 3.000 han sido reclutados de manera forzosa para participar de los combates.

Y con la llegada de la pandemia de la COVID-19, la situación empeoró. “Las crisis económicas graves se están acelerando, y se están exponiendo brechas y vulnerabilidades persistentes. Y después de casi una década de albergar a algunas de las personas más vulnerables del mundo, los países y las comunidades de acogida se han visto muy afectados”, dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, durante la Conferencia de Bruselas IV en referencia al apoyo necesario para mejorar el futuro de Siria y la región.

Turquía en primer plano, pero también Líbano, Irak, Egipto y Jordania son otros países que continúan recibiendo un alto volumen de refugiados sirios. Con respecto a Líbano, donde viven cerca de 900.000 refugiados sirios, Grandi dio cifras alarmantes: “En el Líbano, siete de cada 10 hogares de refugiados han perdido sus medios de vida y apenas sobreviven. Tienen más miedo al hambre que al coronavirus. Las mujeres y los niños están especialmente expuestos. Las crecientes presiones económicas generan tensiones y socavan la cohesión social”.

En el horizonte de toda la población siria, continúa el ejemplo de su joven heroína Yusra Mardini y confían en su ayuda y apoyo para salir adelante.

 

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