La educación superior de las mujeres refugiadas, clave para el cambio La educación superior de las mujeres refugiadas, clave para el cambio

La educación superior de las mujeres refugiadas, clave para el cambio

1. El 39 % de la población en el mundo cursa educación superior. ¿Sabes qué porcentaje de las personas refugiadas tiene la oportunidad de acceder a este nivel educativo?

  • 5 %.
  • 18 %.
  • 29 %.

Solo el 5 % de las personas refugiadas consigue matricularse en educación superior, frente al 39 % de la población general. ACNUR y sus socios han fijado un objetivo: lograr que el 15 % de las personas refugiadas estén matriculadas en educación superior para 2030. La meta es ambiciosa, pero factible y necesaria.

La eduacción superior proporciona perspectiva, madurez y experiencia. Da a las mujeres la base para participar en la sociedad en condiciones de igualdad con los hombres. Y forma a las personas que contribuyen a sus comunidades de acogida, que dan voz a sus compañeros refugiados y que un día reconstruirán sus países de origen.

2. ¿Conoces el programa de becas DAFI de ACNUR?

  • Sí.
  • No.

Durante 2020, muchas personas refugiadas han podido acceder a la educación superior gracias a las becas DAFI (Iniciativa Académica Alemana Albert Einstein), financiadas por el gobierno alemán y gestionadas por ACNUR. Cada beca incluye tasas de matriculación, gastos esenciales, como viajes, alojamiento, libros, comida y uniformes, costes administrativos, apoyo y suplemento de actividades de respuesta a la COVID-19.

ACNUR lanzó en diciembre de 2020 la campaña Apuntar más alto 2021-2023 para ofrecer 1.800 becas DAFI completas de cuatro años a estudiantes refugiados en once países para su educación superior. En 2020, el 40 % de los 7.343 estudiantes inscritos en el programa DAFI eran mujeres. Para ellas, poder recibir formación superior ha dejado de ser un sueño para convertirse en una realidad que ha transformado de una manera profunda sus vidas, la de sus familias y las de sus comunidades.

3. ¿Cuál de las siguientes razones te motivaría más a apoyar a las mujeres refugiadas para que puedan convertirse en futuras sanitarias, abogadas o ingenieras?

  • Empoderarlas gracias al desarrollo de habilidades de liderazgo, autosuficiencia y emprendimiento.
  • Mejorar sus perspectivas económicas para beneficio suyo y de sus comunidades.
  • Protegerlas del riesgo a la explotación, los matrimonio forzados y la violencia sexual y de género.


Un año más de estudios puede incrementar hasta un 20 % los ingresos de una mujer, según la UNESCO. Estos beneficios repercuten en todos. De hecho, en los países en los que la educación es igual para ambos sexos, los ingresos per cápita se disparan el 23 %. Los ingresos de mujeres con educación superior triplican los de aquellas sin estudios. Cuanto más lejos lleguen en su formación, mayores serán los beneficios para la sociedad.

La educación de las mujeres y de las niñas refugiadas es, además, una herramienta de protección. Reduce la vulnerabilidad a la explotación, la violencia sexual y de género, los embarazos en la adolescencia y los matrimonios infantiles.

El programa de becas DAFI de ACNUR adopta una perspectiva de género para igualar las oportunidades entre hombres y mujeres. Este enfoque está en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU número 4 y 5, que tienen como meta garantizar una educación inclusiva y de calidad y proporcionar a mujeres y niñas acceso igualitario a la educación, respectivamente.