Niños forzados a trabajar
Desde que en 2012 se desató el conflicto armado más reciente de la República Centroafricana (RCA), el enfrentamiento entre las fuerzas gubernamentales y el grupo armado Seleka ha afectado a una cuarta parte de la población del país.
De los más de 630.834 desplazados internos actuales, más de la mitad son menores de edad que han sido víctimas del trabajo forzoso o de algún tipo de abuso. El hambre, la desnutrición y la escasez de recursos son otras de las principales consecuencias del conflicto que afecta a uno de los países más pobres del mundo.
En 2012 estallaba su conflicto más reciente, derivado de las protestas en 2004 contra el entonces presidente François Bizize. Aunque en el año 2015 se firmó un acuerdo de paz entre las distintas partes del conflicto, los combates continúan cobrando vidas y miles de inocentes se refugian en los países vecinos o en otras áreas como Bangui, la capital del país.
725.193
personas desplazadas dentro del país.
El 60 %
Son niños y menores de edad.
643.991
refugiados centroafricanos viven en países vecinos.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, envía ayuda humanitaria a las víctimas centroafricanas que residen en los campos de refugiados y desplazados. Después de caminar en ocasiones cientos de kilómetros a través de la selva, las familias buscan un lugar seguro en el que conseguir alimentos, agua potable y asistencia sanitaria. Una vez aquí, una nueva vida les espera, pero la ayuda humanitaria sigue siendo indispensable para tratar problemas como la desnutrición.
Muchos niños han llegado solos a los campos donde han encontrado esperanza y seguridad. En muchos casos, ACNUR se encarga de buscar una familia de acogida para los niños refugiados dentro de los campos hasta que, en el mejor de los casos, puedan reunirse con sus padres. Es el primer paso para superar los traumas por el horror de la guerra que llevan en su memoria.
“La crisis de la República Centroafricana se está convirtiendo en la mayor emergencia humanitaria olvidada de nuestro tiempo”.
Claire Bourgeois, coordinadora humanitaria de la ONU en RCA.