Testigos de los crímenes más horribles y víctimas inocentes de países en guerra, los niños son más de la mitad de los refugiados en el mundo. Los traumas infantiles derivados acarrearán duras consecuencias a lo largo de sus vidas.
Mientras algunos niños responden a los traumas infantiles con agresividad o hiperactividad, otros se vuelven anormalmente tranquilos y tímidos. Las lágrimas son el único elemento común en todos ellos.
Traumas infantiles: los síntomas más frecuentes de la angustia
Los niños que han vivido la guerra no sólo han visto asesinar a sus familiares. Muchos han ayudado a mover y enterrar sus cuerpos.
Los psicólogos que trabajan con niños refugiados aseguran que pueden describir cómo se escondían bajo la cama cuando escuchaban un misil. Niñas de sólo 3 años reconocen el sonido de una pistola, un misil o una bomba.
El apoyo familiar juega un papel clave. Los traumas, también presentes en padres que huyeron de la guerra, dificultan el proceso. Cuando los niños escuchan en casa hablar de lo sucedido o lo ven en televisión, reviven la experiencia traumática y su ansiedad crece.
Después de ver cómo bombas y misiles destruían todo su mundo y asesinaban a sus seres más queridos, miles de niños necesitan ayuda psicológica para volver a la normalidad.
Estos traumas se detectan muchas veces en los motivos más frecuentes entre sus dibujos. Algunos, muestran sus miedos dibujando misiles, armas, sangre y casas destruidas. Otros, refugiados en países de acogida, aluden a su deseo de volver a casa con mensajes como “I love Syria” presentes en sus dibujos.
Son dos formas de representar sus sentimientos de miedo y nostalgia hacia su hogar, algo que desde pequeños asociamos con nuestro propio yo.
Desde que se separó de su madre, Farzad se quedó callado. En medio de una tormenta de nieve entre Irán y Turquía, ella y su hermano huyeron en otra dirección. Aunque poco después el pequeño se encontró con su padre, no ha vuelto a pronunciar una palabra. Esperan que, gracias a ACNUR, su familia sea reunificada.
Ahora, Farzad acude a un pediatra para superar el trauma y tiene un refugio más cerca de los baños, ya que ha vuelto a hacerse pis en los pantalones. Aunque acude a una escuela para niños con problemas de aprendizaje, ya no juega con otros niños. Allí, los síntomas más frecuentes son las autolesiones, pesadillas y depresión.
Los socios de ACNUR dan apoyo psicológico a niños con traumas infantiles y ya han conseguido que el pequeño sonría durante 2 minutos. “Ha habido conexión”, aseguran.
La educación y el apoyo psicológico son la clave para que estos niños puedan salir adelante. En 2015, la ONU y la Unión Europea pusieron en marcha la iniciativa Niños de la Paz que dio ayuda psicológica para 1 millón y medio de niños en 26 países.
Desde ACNUR, se quiere hacer hincapié en que para evitar la aparición de estos traumas, es esencial que ningún niño refugiado sea detenido, para lo que ACNUR pidió el cese de traslados a Hungría desde la Unión Europea.
Ayuda a los refugiados