En el norte de Irak, miles de personas de las comunidades predominantemente cristianas en Qaraqosh (conocida también como Hamdaniya), han huido de sus hogares desde el pasado miércoles por la tarde después de que la violencia se aproximara a su comunidad.
Los desplazados dicen que los morteros han impactado cerca de Qaraqosh, lo que ha motivado este éxodo. Qaraqosh es una histórica ciudad asiria de 50.000 habitantes situada a unos 30 kilómetros al sureste de Mosul, la segunda mayor ciudad de Irak, donde los grupos armados opositores tomaron el control hace dos semanas.
Cerca de 10.000 personas huyeron en autobús, coches y taxis hacia el Kurdistán iraquí el pasado miércoles, según dicen los líderes de la comunidad. Muchos son mujeres y niños que ahora están alojados con familias o en escuelas/centros comunitarios, la mayoría en Irbil.
ACNUR ha distribuido edredones, esteras, lonas de plástico y paquetes de higiene en escuelas y centros comunitarios.
Cerca de 300.000 iraquíes procedentes de Mosul y otros lugares se encuentran en la región del Kurdistán, lo cual genera aún más presión en la zona, sobre todo en el alojamiento y el combustible. En una escuela que visitó ACNUR hay 700 personas que no tienen acceso a duchas ni aire acondicionado, superando los 40 grados durante el día. Las ONG locales e internacionales les han facilitado alimentos hasta ahora pero están preocupados por la falta de atención médica.
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