Día Internacional de la Alfabetización: la educación como refugio Día Internacional de la Alfabetización: la educación como refugio

Día Internacional de la Alfabetización: la educación como refugio

6 de septiembre, 2024

Tiempo de lectura: 7 minutos

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El 8 de septiembre es el Día Internacional de la Alfabetización que se celebra cada año desde 1967. Este día sirve para recordar al mundo la importancia de la educación como herramienta imprescindible para el futuro de la infancia y la juventud. La alfabetización es un factor que dignifica a las personas y que forma parte de los derechos humanos. Conmemorando este día cada año, se pretende lograr avances en la agenda de alfabetización con el objetivo de crear una sociedad más instruida y sostenible.

La UNESCO define la alfabetización no como un acto aislado, sino algo que va mucho más allá de su concepto convencional (habilidades de lectura, escritura y cálculo). La alfabetización se entiende como un medio de identificación, comprensión, interpretación, creación y comunicación en un mundo cada vez más digital, mediado por textos, rico en información y de cambios rápidos.

La alfabetización es la base de la educación y es algo totalmente necesario para cualquier persona del planeta. Sin importar su origen, su raza, su religión o sus costumbres. Es un proceso continuo de aprendizaje y conocimiento de la lectura, la escritura y el uso de los números a lo largo de la vida y forma parte de un conjunto más amplio de competencias como las digitales, entre otras.

La educación: la clave del futuro

Durante el mes de septiembre no solo es el Día de la Alfabetización sino también el regreso a las aulas en colegios, institutos y universidades. Padres, madres y estudiantes se preparan para la “vuelta al cole” pero, desgraciadamente, hay muchos niños y niñas que no van a tener esa oportunidad. Esto ocurre a pesar de que la educación es un derecho humano fundamental recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 y en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Un derecho que se vulnera cuando miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes no tienen acceso a la educación.

Y es importante recordar que las aulas son espacios seguros que ofrecen estabilidad, protección y dignidad a la infancia y juventud. La educación protege del trabajo infantil, el reclutamiento forzado de grupos armados, explotación sexual o matrimonio infantil, entre otros. Por otro lado, la educación empodera, ya que, permite adquirir conocimiento y habilidades que les ayudarán a llevar vidas productivas, plenas e independientes. Y por supuesto, la educación permite a las personas aprender de sí mismas y del mundo que les rodea.

Se puede decir que la alfabetización mejora la vida de las personas porque amplía sus capacidades y, por tanto, reduce la pobreza, aumenta la participación laboral y tiene efectos positivos en la salud y el desarrollo personal.

alumno en la escuela

La educación en la población refugiada

A pesar de la importancia vital que tiene esto, no todos los niños y niñas tienen las mismas posibilidades y especialmente las personas refugiadas son las que más complicado tienen poder acceder a una educación de calidad. Según el Informe de Educación de ACNUR de 2023 el promedio de matriculación en la población refugiada y desplazada del curso 2020/21 antes de primaria es de un 38%, en primaria de un 65%, pero en secundaria el porcentaje cae hasta el 41%. Una cifra infinitamente más baja es el índice de matriculación en la educación terciaria, ya que solo es de un 6%. Estos datos muestran claramente que, según avanzan de edad, sea mucho más difícil que puedan continuar con sus estudios.

Las razones son múltiples y en cierta medida son las mismas por las que se convierten en personas desplazadas y refugiadas. Conflictos, persecución, hambruna y por supuesto, el cambio climático. Estas son las principales causas por las que muchas personas deben huir y, por tanto, muchos niños y niñas dejan de ir a la escuela.

Las niñas, las más vulnerables

Según datos del último informe Education Cannot Wait (ECW), de un total de 224 millones de niños, niñas y adolescentes en edad escolar viviendo en contextos de crisis, el 32% de ellos, es decir 72 millones, están fuera de las escuelas.

Según este informe, estamos ante una “crisis educativa global de proporciones alarmantes” y, por eso, se pide que el 10% de los fondos de ayuda humanitaria se asignen a la educación en emergencias con una perspectiva de género. No podemos olvidar que las niñas y adolescentes son las que más barreras sufren a la hora de acceder a la educación y, por supuesto, completarla. De esos 72 millones de menores que están en situación de emergencia y que no van a la escuela, un 53% son niñas.

La situación de las niñas es mucho más compleja y especialmente para las que están en países en crisis, ya que solo van a recibir una media de 8,5 años de educación. Según el informe: “Para el año 2030, una de cada cinco niñas en estos contextos no tendrá la habilidad de leer una simple frase”.

Esta crisis educativa tiene múltiples causas que son principalmente los conflictos, las crisis económicas, la inseguridad alimentaria y los eventos meteorológicos extremos.

mujer en aula

Cambio climático y educación

A priori puede parecer que son dos conceptos que no tienen nada que ver el uno con el otro, pero la realidad es que sí están muy relacionados. El cambio climático está provocando millones de desplazamientos de personas en el mundo. Y, por tanto, muchos niños y niñas se ven obligados a huir, en ocasiones solos, en busca de un lugar seguro lejos de sequías extremas, inundaciones, hambruna, etc. Esto tiene como consecuencia directa el abandono de las aulas, dejando de lado una educación que no se sabe cuándo podrán retomar.

Se estima que en 2050 puede haber 150 millones de refugiados climáticos, el 1,5% de la población mundial que se prevé que estará en 10.000 millones de personas.

Las guerras y la educación

Además de las sequías, inundaciones, etc, los conflictos armados y las guerras tienen un impacto brutal en la educación de niños, niñas y adolescentes. Los ataques a la población son frecuentes en situaciones de guerra y en ocasiones, incluso en centros educativos. Por ejemplo, durante 2020 y 2021, más de 9000 estudiantes y docentes sufrieron heridas y perdieron la vida durante los más de 5000 ataques a colegios. En al menos 11 países, estos ataques a centros educativos estuvieron dirigidos contra niñas y mujeres. Esto, demuestra, una vez más, como ellas son las más vulnerables ante cualquier tipo de conflicto.

niños en la escuela

Foto: Colin del Fosse

Labor de ACNUR en educación

ACNUR está trabajando en cambiar la vida de la infancia y la juventud refugiada a través de la educación de calidad y planteándola como una posible solución a la crisis de los refugiados. Esto es lo que dice claramente la Declaración de Nueva York para los Refugiados y Migrantes7 y en el Objetivo de Desarrollos Sostenible 4 (Educación de calidad): "garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos".

ACNUR trabaja para 20,7 millones de personas refugiadas en el mundo y 7,9 son niños y niñas en edad escolar que, desgraciadamente, tienen un acceso limitado a la educación, y casi la mitad no puede asistir a la escuela. ACNUR apoya la educación principalmente a través:

  • Educación para la niñez y juventud: aboga por el acceso a la educación de calidad en todas las edades a través de su inclusión en los sistemas educativos nacionales. El objetivo es garantizar el acceso a la educación o a programas de preparación escolar, dentro de los tres primeros meses de desplazamiento.
  • Educación terciaria: ACNUR tiene el compromiso de garantizar que, en 2030, el 15% de la juventud refugiada (unas 500.000 personas, tanto hombres como mujeres) tenga acceso a la educación superior. Los sistemas educativos nacionales se fortalecen con la participación de personas refugiadas, lo que beneficia a las comunidades refugiadas y de acogida.

Septiembre es el mes de la vuelta al cole y todos podemos contribuir a que no haya niños y niñas que se queden sin su vuelta a las aulas. El aula es el mejor refugio para una persona refugiada, el mejor lugar para labrarse un futuro digno.

Educación: el arma que salva vidas

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