Del 13 al 15 de diciembre se celebró en Ginebra (Suiza) el Foro Mundial sobre los Refugiados. Este es el encuentro internacional más importante en temas relacionados con las personas refugiadas que se celebra cada cuatro años.
Su propósito es ofrecer apoyo para poder alcanzar los objetivos del Pacto Mundial sobre los Refugiados. Esto supone básicamente:
Este Foro es cada vez más necesario, especialmente, teniendo en cuenta que los conflictos no cesan y, por tanto, el número de personas refugiadas y desplazadas en el mundo no para de crecer. Se estima que actualmente la cifra alcanza las 114 millones de personas.
Por eso, este Foro organizado por ACNUR es una oportunidad para que las personas refugiadas, los gobiernos, las organizaciones internacionales, la sociedad civil, el sector privado y muchos otros, unan sus fuerzas y se comprometan a actuar y ayudar tanto a la población obligada a huir, como a las comunidades que las acogen.
En definitiva, ayudar a trazar un camino hacia la esperanza y de esta, a la acción, ya que, ofrece a los Estados y demás partes interesadas, la oportunidad de presentar compromisos concretos, compartir buenas prácticas, evaluar desafíos y ver oportunidades de futuro. En este Foro de Ginebra las personas refugiadas están en el centro de los debates y en la toma de decisiones.
Los anfitriones del Foro de los Refugiados han sido ACNUR y Suiza y los convocantes Colombia, Francia, Japón y Jordania.
Más de 4.200 delegaciones estuvieron presentes en el Foro, de las que más de 300 delegados eran refugiados de distintas partes del mundo.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, quiso poner en valor los esfuerzos que han hecho los Estados, el sector privado, las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones dirigidas por personas refugiadas, los grupos confesionales, la comunidad académica y otras partes interesadas. Todas han intentado no sólo anunciar compromisos y contribuciones para a apoyar a las personas desplazadas y apátridas, sino también intercambiar ideas y aportar soluciones en favor de ellas y sus comunidades de acogida.
El encuentro de esta edición ha dado lugar a 1.600 compromisos financieros y promesas de acción con un valor estimado de unos 2.200 millones de dólares para los próximos años, incluidos los 250 millones de dólares que pondrán fundaciones y empresas privadas.
Algunos de los compromisos que han adquirido en esta edición son:
Durante el acto de clausura del Foro, Filippo Grandi valoró la solidaridad mostrada por los asistentes, considerando la división y las crisis que azotan el mundo. A pesar de esto, se comprometieron a emprender acciones transformadoras en favor de las personas refugiadas y de los países de acogida.
En un contexto tan desafiante, retirarse y renunciar a los compromisos internacionales habría sido lo más sencillo. Sin embargo, nadie aquí lo hizo. En lugar de ello, se esmeraron y pasaron tres días dando muestras de decidida solidaridad.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
Grandi quiso hacer un agradecimiento especial a las delegaciones de refugiados que asistieron al Foro y cuyas intervenciones fueron claras, mostrando no solo sus vivencias sino también las necesidades de la población refugiada y todo lo que pueden aportar si se les ofrece inclusión y oportunidades.
Indudablemente, la esperanza es necesaria; sin embargo, más que esperanza necesitamos acciones, porque la esperanza aparece por doquier una vez que empezamos a actuar.
Evode Hakizimana, refugiado de Burundi que ahora vive en Zimbabwe.
Por otro lado, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, también quiso enviar un mensaje desde Nueva York mostrando su esperanza en este encuentro al cierre de un año muy complicado y turbulento.
El azar no debería tener injerencia en la protección y la ayuda que reciben las personas refugiadas; y ni la protección ni la asistencia que todas ellas requieren deberían ser una carga que lleven a cuestas un par de países o comunidades por su ubicación geográfica. Se trata de una obligación con la que debe cumplir la humanidad entera.
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU.
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