La situación en Siria continúa siendo crítica, con desplazamientos masivos de civiles, una economía en crisis y tensiones políticas en aumento. Desde el 27 de noviembre, hasta un millón de personas han sido desplazadas en diversas regiones del país, entre ellas más de 150.000 que ya habían sufrido desplazamientos previos. Según informes, mujeres y niñas representan casi el 50% de la población desplazada.
Mientras tanto, se han reportado retornos a zonas de origen, incluyendo Alepo, donde varios miles de sirios han cruzado nuevamente desde el Líbano a través del puesto fronterizo oficial de Masnaa, reabierto el pasado 8 de diciembre. Sin embargo, el flujo de personas también se dirige en dirección contraria hacia el Líbano. Otros pasos fronterizos oficiales permanecen cerrados.
La llegada masiva de personas desplazadas internas a ciudades cercanas a zonas de conflicto ha saturado los refugios y centros de acogida. Las organizaciones humanitarias alertan sobre la urgente necesidad de más refugios, alimentos, suministros no alimentarios y acceso a instalaciones sanitarias. También subrayan la importancia de fortalecer los servicios de protección y salud, especialmente para los grupos más vulnerables.
El colapso económico en Siria ha alcanzado niveles alarmantes. El tipo de cambio no oficial alcanzó un máximo histórico de 25.000 libras sirias por dólar en Damasco y 41.000 en Alepo. Este deterioro ha provocado un aumento vertiginoso en los precios de los productos básicos y una escasez significativa de mercancías, acompañada de compras de pánico y saqueos en la capital. A pesar de ello, algunos mercados y tiendas han reabierto parcialmente.
La situación actual del país es muy volátil. Mientras miles de personas ya han regresado, otros cientos de miles están desplazándose dentro del país. En ambos casos, necesitan protección y apoyo. Aquellas personas que huyen de la violencia y la persecución tienen derecho a buscar protección y derecho a solicitar asilo.
En el ámbito internacional, varios países europeos han anunciado una pausa en las decisiones sobre solicitudes de asilo de ciudadanos sirios, en medio de la incertidumbre sobre el panorama político y humanitario en el país. ACNUR toma nota de esto hasta que la situación en el país se haya estabilizado, y haya información fiable sobre la seguridad y derechos humanos que permita evaluar las necesidades de protección internacional de los solicitantes individuales.
Una vez que las condiciones en Siria sean más claras, ACNUR también proporcionará orientación a los Estados sobre las necesidades de protección internacional de los perfiles relevantes de personas sirias en riesgo.
Los solicitantes de asilo sirios que están esperando la reanudación de la toma de decisiones sobre sus solicitudes deben seguir teniendo los mismos derechos que todos los demás solicitantes de asilo, también en términos de condiciones de recepción. Ningún solicitante de asilo debe ser devuelto por la fuerza, ya que esto violaría la obligación de no devolución de los Estados.
ACNUR sigue instando a todos los Estados a garantizar el acceso al territorio, el asilo y la protección para las personas que buscan ponerse a salvo. Esto también incluye el respeto al principio de no devolución.
La comunidad internacional sigue atenta a los desarrollos en Siria, mientras los ciudadanos enfrentan una de las peores crisis humanitarias y políticas de los últimos años.
Las operaciones de ACNUR se están reanudando gradualmente a medida que las condiciones de seguridad lo permiten. Los centros comunitarios están reabriendo, con una reanudación parcial en varias zonas como Damasco, Alepo y en el noroeste del país.
ACNUR, en colaboración con sus socios, está distribuyendo ayuda en efectivo para el invierno a 6.200 hogares en Idleb y el norte de Alepo.
La ayuda de emergencia, que incluye tiendas, mantas, alimentos y consultas médicas, se ha distribuido allí donde la seguridad lo permite. Se están prestando servicios de protección a mujeres y niños y se están mejorando las instalaciones de agua, saneamiento e higiene.
Además, la operación transfronteriza de ACNUR sigue funcionando a pleno rendimiento, prestando una ayuda crucial a los desplazados internos y a las comunidades de acogida. Los socios de ACNUR estarán presentes en los pasos de Bab al-Hawa y Bab al-Salameh para supervisar el retorno de los refugiados sirios desde Turquía y recopilar información, incluidos datos básicos sobre los hogares y los destinos previstos.
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