“Yo tengo un sueño de que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: 'Creemos que estas verdades son evidentes: que...
“Yo tengo un sueño de que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: 'Creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales'”. Con estas palabras y muchas otras más, la mayoría encabezada por la histórica e inolvidable muletilla “I have a dream”, el doctor Martin Luther King emocionaba a miles de personas el 28 de agosto de 1963 tras la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad. Y se convertía en el emblema de la lucha de los afroamericanos por la igualdad de derechos en Estados Unidos. Cinco años después, era asesinado por las balas de un militante segregacionista y, de tener un sueño, Martin Luther King pasó a convertirse en un mito hasta nuestros días.
Nacido como Michael Luther King Jr. el 15 de enero de 1929 en Atlanta, fue el hijo mediano del pastor bautista Martin Luther King Sr. y de Alberta William King. Su abuelo paterno también era pastor, por lo que las opciones para el joven estaban encaminadas a seguir con la tradición familiar y durante un tiempo ejerció la profesión acompañando a su padre.
Se graduó del instituto con 15 años, demostrando una gran inteligencia y de una manera muy precoz, algo que ratificó tras conseguir el título de Sociología (Bachelor of Arts) en Morehouse College (Atlanta). En 1951 se graduó de la licenciatura de Teología (Bachelor of Divinity) por el Crozer Theological Seminary de Chester y, cuatro años después, en 1955, obtuvo el título de doctor en Filosofía.
En Boston conoció a la que sería su futura esposa a partir de 1953, Coretta Scott, y con la que tuvo dos hijos y dos hijas: Yolanda King, Martin Luther King III, Dexter Scott King y Bernice King.
Como casi todos los habitantes de raza negra en los Estados Unidos de los años en los que creció Martin Luther King, él también tuvo que enfrentarse a la obligación de ceder su asiento de autobús a un pasajero blanco cuando tenía 13 años. Este no es un dato menor, porque años más tarde de este suceso, el propio Doctor King desde Alabama lideró un boicot contra los autobuses cuando Rosa Parks fue encarcelada por negarse a ceder el asiento. Una protesta que se extendió desde el 1 de diciembre de 1955 hasta el 20 de diciembre de 1956, cuando la ley que permitía la segregación racial en el transporte público fue derogada por el Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos.
A partir de ese logro y pese a sufrir ataques reiterados en su domicilio, Martin Luther King continuó con su lucha por los derechos civiles para la población afroamericana. En 1963 fue encarcelado en Birmingham (Alabama), tras una serie de protestas pacíficas y de boicots. Desde la cárcel, escribió un célebre ensayo en el cual explicaba en detalle el por qué de sus protestas y que llegó a manos del entonces presidente del país, John F. Kennedy, quien intercedió para que, una semana después de su detención, el Dr. King fuera liberado.
El 28 de agosto de 1963 pronunció el famoso discurso “I have a dream” tras la marcha sobre Washington y, al año siguiente, el 14 de octubre de 1964 con tan solo 35 años, se convirtió en la persona más joven de la historia en recibir el Premio Nobel de la Paz.
Durante un viaje a Memphis (Tennessee) para apoyar una huelga de basureros afroamericanos, el 4 de abril de 1968, Martin Luther King fue asesinado por el segregacionista James Earl Ray en la habitación de su hotel. Tenía 39 años.
El 4 de abril de 2018, al cumplirse 50 años del asesinato de Martin Luther King, la ONU realizó un merecido homenaje y el Secretario General de la ONU, António Guterres, decía lo siguiente: “El doctor Martin Luther King fue uno de los gigantes morales del siglo XX. Dedicó su vida a la causa de la igualdad, la justicia y el cambio social sin violencia. Décadas después de su muerte sigue inspirando a toda la gente del mundo que lucha por los derechos y la dignidad humana frente a la opresión, la discriminación y la injusticia”.
Martin Luther King fue un gran defensor de las Naciones Unidas como institución. “La alternativa al no desarme, a no suspender las pruebas nucleares, a no fortalecer las Naciones Unidas y de este modo desarmar al mundo entero, sería una civilización sumida en el abismo de la aniquilación y la transformación de nuestro hábitat en un infierno que ni Dante hubiera podido imaginar”, sostuvo en un discurso pronunciado en 1968, muy pocos días antes de ser asesinado y refiriéndose a la necesidad de que la humanidad vaya por el camino de la paz y la no violencia.
Acompañado de su esposa Coretta, Martin Luther King visitó la sede de la ONU en 1964, después de haber recibido Premio Nobel de la Paz. El 15 de abril de 1967, volvió a visitar Naciones Unidas como parte de una delegación que presentó una protesta formal contra la guerra de Vietnam y el papel de Estados Unidos. En un discurso reciente pronunciado ante el King Center, António Guterres se refería a que la propagación del virus de la COVID-19 dio lugar a que se difundan mensajes de odio por redes sociales y aseguraba que para vencer al racismo, la xenofobia y el neonazismo, eran más necesarias que nunca “la unidad, la solidaridad y la compasión”. Todo esto, recordando una frase del histórico discurso de Martin Luther King frente a las Naciones Unidas en 1967: “No puede haber justicia sin paz, y no puede haber paz sin justicia”.