Cada 20 de diciembre, el Día de la Solidaridad Humana nos recuerda que existen personas que siguen creyendo en ayudar a los demás. Por ello, este año hemos querido dedicar este día a las personas y organizaciones que, con sus gestos, han dado ejemplo de cómo construir un mundo más justo.
Alcalde de una pequeña ciudad alemana de 17.000 habitantes, Andreas se ofreció como voluntario para acoger a una cuota mayor de refugiados de la correspondiente a su municipio.
Además de su solidaridad, sabía que acoger a refugiados sería beneficioso para la comunidad. La comunicación y la urbanización fueron tratados como dos ejes clave para la integración de las 450 personas que se ofreció a acoger y que fueron recibidas por un grupo de voluntarios que les ayudaron a empezar en su nuevo hogar.
Leer la historia completa del alcalde alemán que apuesta por los refugiados
Tateh es saharaui y refugiado desde el día que nació. De pequeño, vio a su abuela sufrir el calor concentrado bajo el techo de uralita de su refugio y decidió que tenía que hacer algo.
Consiguió estudiar Energías Renovables gracias a una beca de ACNUR y, tras dar muchas vueltas a cómo construir refugios aislantes del calor en medio del desierto del Sáhara con los medios a su alcance, se le ocurrió una solución que le llevó a ser conocido como “el loco del desierto”: construir casas con botellas de agua.
Este pequeño pueblo de Valencia llamado Teresa decidió recordar este verano a sus vecinos que, durante la Guerra Civil en España, ellos también buscaron protección en otros lugares y dependieron de la solidaridad de otras personas para sobrevivir.
Los vecinos y vecinas de Teresa quisieron devolver la solidaridad que recibieron hace años, apoyando a las personas refugiadas a través de una acción solidaria en la que participó todo el pueblo para recaudar fondos a favor de ACNUR. Gracias a esta acción, Teresa es uno de los más de veinte municipios de la Red de Pueblos Solidarios con ACNUR que colaboran para proteger a las personas que, a causa de la persecución o los conflictos, han tenido que huir de sus hogares y cruzar una frontera.
A caras conocidas como la de Angelina Jolie, Cate Blanchet o David Morrisey, en 2018 se unía a los Embajadores de Buena Voluntad de ACNUR el famoso cómico americano Ben Stiller.
A través de viajes a campos de refugiados sirios, de visitas a Guatemala para hablar con las víctimas de la delicada situación de algunos países de Centroamérica, o de vídeos como el de “Shawarma de pollo con Ben Stiller”, el actor ha sido altavoz de las historias de quienes han tenido que huir de sus hogares.
“Nunca ha habido una razón más apremiante o una mayor urgencia para mostrar solidaridad y apoyo a los refugiados”
Ben Stiller, nuevo Embajador de Buena Voluntad de ACNUR.
En la primera edición del ACNUR Loco Festival, decenas de colegios quisieron unirse a este evento por los refugiados. Entre todos ellos, algunos lo hicieron de una forma tan especial como el Centro Rural Agrupado Mondúver-Safor, en una pequeña población de Valencia llamada Potries.
Allí, desde los alumnos más pequeños hasta los de últimos cursos organizaron actuaciones de todo tipo y versionaron letras de canciones para hablar sobre la realidad de las personas refugiadas.
El colegio celebró su evento en un espacio municipal, invitando a participar a familias y asociaciones, y preparando una cena en honor a la Agencia de los Refugiados en la que ofrecían ACNURguesas solidarias.
“Estamos muy contentas de haber participado en el ACNUR Loco Festival. Es un proyecto educativo muy interesante. Los niños lo han disfrutado mucho y lo recordarán como un ejercicio de ciudadanía y responsabilidad” explicaba Rosa, docente del CRA Mondúver-Safor.