Con la llegada de un nuevo invierno, millones de personas refugiadas y desplazadas se preparan para enfrentar temperaturas bajo cero en condiciones extremas. Sin embargo, este año lo harán con un apoyo humanitario drásticamente reducido, tal y como advierte ACNUR en el lanzamiento de la campaña mundial de protección de las personas desplazadas frente al frío. Así lo advirtió Dominique Hyde, directora de Relaciones Externas de ACNUR: “Los presupuestos humanitarios están al límite y el apoyo que ofrecemos para el invierno será mucho menor este año”. Hyde advierte que muchas familias tendrán que sobrevivir sin calefacción, ropa térmica ni medicinas básicas. “Tendrán que soportar temperaturas bajo cero sin cosas que muchos de nosotros damos por sentadas”, agregó.
La campaña invernal de ACNUR busca recaudar al menos 35 millones de dólares para proporcionar refugio, ayuda para reparar viviendas bombardeadas, mantas, alimentos calientes y medicamentos a las familias desplazadas. No obstante, la organización advierte que los recortes de fondos de gobiernos donantes y el agotamiento de los presupuestos humanitarios ponen en riesgo la asistencia a cientos de miles de personas. Por eso, este año, ACNUR espera que la contribución de individuos y donantes privados sea crucial para suplir estos recortes.
En Oriente Medio, la situación continúa siendo crítica. Más de un millón de sirios han regresado a su país desde diciembre de 2024 con la caída del régimen de Assad, tras años de guerra y desplazamiento. Sin embargo, muchos han encontrado sus hogares destruidos o inhabitables. ACNUR calcula que, los recortes en financiación amenazan con dejar a 750.000 personas sin apoyo esencial durante los meses más fríos.
En Siria, 16 millones de personas necesitan asistencia humanitaria urgente. ACNUR trabaja en la distribución de artículos básicos de socorro, la reparación de viviendas, asistencia en efectivo para las familias más vulnerables y protección infantil y contra la violencia de género
En Líbano, donde viven 1,5 millones de refugiados, la agencia se esfuerza por mantener condiciones dignas de protección y asistencia económica. En Jordania el 90 % de los 600.000 refugiados registrados son sirios, la mitad de ellos niños. Para esta población, ACNUR brinda asistencia en efectivo, protección mediante documentación y apoyo legal, alojamiento y energía, como la instalación de paneles solares en los campos de Azraq y Zaatari.
Foto: © ACNUR/Hameed Maarouf.“Las familias que conocí en Jordania mantienen la esperanza de regresar, pero se sienten abrumadas por el inmenso reto que supone la reconstrucción. Con la llegada del invierno, la mayoría lucha por superar los obstáculos con casi nada.”
Dominique Hyde, directora de Relaciones Externas de ACNUR
En Asia Central, el panorama es igualmente alarmante. En Afganistán, donde nueve de cada diez personas viven en la pobreza, las temperaturas bajo cero se suman a la devastación provocada por décadas de conflicto y dos terremotos recientes.
Más de 2,2 millones de personas afganas se han visto forzadas a regresar desde Pakistán e Irán en condiciones extremadamente difíciles. ACNUR denuncia.ACNUR denuncia que muchos vuelven sin recursos y en condiciones extremas. En respuesta, la agencia ha reforzado su presencia en los cruces fronterizos para brindar asistencia inmediata, alojamiento y apoyo psicológico.
En Europa del Este, la guerra en Ucrania continúa dejando una profunda huella humanitaria. Este será el cuarto invierno de conflicto, y se prevé que las temperaturas desciendan hasta los –20 °C. Los ataques a infraestructuras civiles han interrumpido los suministros de gas, electricidad y agua, dejando a millones de personas en riesgo.
ACNUR mantiene su labor de reparación de viviendas, entrega de ayuda financiera y apoyo psicológico a las familias desplazadas. En Moldavia, donde aún residen más de 130.000 refugiados ucranianos, la agencia distribuye mantas, lámparas solares, además de alojamiento, protección y asistencia financiera para cubrir necesidades básicas.
Con esta nueva campaña de invierno, ACNUR busca no solo recaudar fondos, sino también despertar conciencia sobre la crisis silenciosa que viven quienes, tras huir de la guerra o la persecución, ahora deben enfrentarse a otro enemigo implacable: el frío.
“Las familias desplazadas no deberían tener que afrontar el invierno solas. Nuestros equipos están sobre el terreno, pero se nos acaba el tiempo y los recursos”.
Dominique Hyde, directora de Relaciones Externas de ACNUR