<p>Umbetsi Jean Michel es uno de los más de 450.000 refugiados de la República Centroafricana. Agricultor de 40 años, vivía en su país con su familia en una pequeña aldea de la RCA cuando situaciones dramáticas le obligaron huir.</p>
Desde la caída del anterior presidente de la República Centroafricana, François Bozize, el país ha sido presa de oleadas de violencia que han provocado el desplazamiento de miles de personas hacia países vecinos. La República Democrática del Congo, en el norte y sur de la provincia de Ubangui, acoge actualmente a 96.079 refugiados centroafricanos.
Umbetsi es sólo uno de ellos. Desde enero de 2015, vive con su familia en el campo de refugiados de Inke, a 45 kilómetros de Gbadolite. En su país, vivía en una pequeña aldea llamada Liotto hasta que los Anti Balaka lo atacaron forzándole a huir junto a su mujer y sus 6 hijos: 4 niños y 2 niñas.
En este pueblo, los Seleka había constituido su base. Cuando los Anti Balaka prepararon un ataque contra el feudo del Seleka pidieron a los jóvenes de la zona que se unieran a ellos. Jean Michel no quiso integrarse en el grupo armado.
Tras negarse a adherirse al movimiento, el día del ataque Jean Michel fue tomado como objetivo militar. Aunque quiso escapar, los Anti Balaka se adelantaron: al despertarse, su casa estaba rodeada por un grupo de Anti Balaka que había llegado desde 11 kilómetros, provistos de armas blancas, como machetes, hachas y palos, y armas de fuego.
Le apuñalaron con un machete en las piernas y en el cuello antes de arrancarle 3 dedos y le abandonaron bajo el sol pensando que había muerto.
Tras enterarse de los abusos de los Anti Balaka, los Seleka acudieron al lugar de los hechos donde hubo enfrentamientos entre los dos grupos. No fue hasta entonces, después de que los Seleka llegaran al auxilio de la familia, cuando Jean Michel y su familia fueron llevados a la base para recibir los cuidados médicos necesarios.
Una vez llegado a territorio congolés, Umbetsi fue acogido por ACNUR y otras asociaciones colaboradoras, con otras personas que huyeron junto a él.
“Dispararon a mi hermano pequeño que intentaba escapar y apuñalaron en el vientre a mi esposa embarazada”
Umbetsi Jean Michel, refugiado centroafricano.
Ahora, Umbetsi Jean Michel administra la producción de un molino y pide apoyo para que su esposa pueda dedicarse al pequeño comercio y hacer frente a las necesidades de la familia. “La vuelta a mi país está condicionada a la estabilidad de la situación de seguridad y, sobre todo, por el desarme de los distintos grupos armados”, añade Jean Michel.
Mientras tanto, Jean Michel y miles de víctimas sobreviven en los campos de la República Democrática del Congo. A pesar de la generosidad de su país vecino, sus capacidades se están viendo desbordadas y se necesita ayuda urgente para poder dar un refugio digno y suplementos alimenticios a todos los refugiados.