El número de personas que huyen de la violencia en el norte de Malí y que buscan refugio en países vecinos se ha duplicado en los últimos diez días a medida que los combates entre los rebeldes tuareg y el ejército de Malí continúan.
Más de 44.000 personas huyeron por las fronteras hacia Mauritania, Níger y Burkina Faso, según las estimaciones de los respectivos gobiernos, en comparación con las 22.000 que se habían registrado al 7 de febrero.
Según la información recibida, en Tessalit, en la región maliense de Kidal, se ha producido un enfrentamiento en los últimos días, así como en Tinezewadern, al norte de la frontera con Argelia, lo cual ha llevado a que se incremente el número de personas que han buscado refugio en los países vecinos.
Mientras el flujo continúa, los equipos de ACNUR están reforzando su asistencia a las personas que se han refugiado en tiendas improvisadas en las aldeas de la frontera con Malí. La asistencia humanitaria es además complicada porque la región del Sahel se está enfrentando a una grave crisis alimentaria debido a años de sequía.
En Mauritania, las autoridades han registrado hasta ahora a un total de 18.312 refugiados malienses, incluidos los 2.213 que llegaron en los últimos dos días. La mayoría de ellos provienen de la región de Léré, en Malí. El resto son originarios de otras zonas situadas entre Léré, Mopti y Timbuktu. Están actualmente asentados en la aldea de Fassala, a tres kilómetros de Léré.
Los equipos de emergencia de ACNUR en Mauritania están coordinando la distribución de comida y otra ayuda de primera necesidad para 5.000 refugiados, y también están trabajando para llegar a otras personas que lo necesitan. ACNUR ha comprado raciones de alimentos para 15 días para otros 8.000 refugiados. La Agencia de la ONU para los Refugiados también está transportando agua a las zonas que están acogiendo a refugiados, y está llevando material médico de emergencia que le han ofrecido sus socios en el terreno.
Los equipos de ACNUR comenzarán hoy a rehacer el campo de Mbéra, que en los años 90 acogió a refugiados tuareg. El espacio todavía tiene varios puntos de agua y estructuras que serán renovadas para ser utilizadas como escuelas y centros de salud.
Mientras tanto, en Níger, dos vuelos aterrizaron anoche en Niamey, la capital, con 2.500 tiendas procedentes de los almacenes de ACNUR en Douala, Camerún. 500 de esas tiendas serán trasladadas a Burkina Faso. Se espera también que lleguen a Niamey y Ouagadougou camiones con materiales de ayuda procedentes de los almacenes que ACNUR tiene en Accra, Ghana.
Según estimaciones del gobierno, más de 18.000 personas han cruzado desde Malí hacia el norte de Níger en las últimas cuatro semanas. Esta cifra incluye a algunos nacionales de Níger que han estado viviendo y trabajando en Malí durante años y que han regresado a su país debido a la situación de inseguridad. Los refugiados en Níger han contado a los equipos de ACNUR que ellos también se fueron de Malí porque las autoridades y la policía habían abandonado las aldeas y se sentían inseguros. Algunos han informado de ataques por parte de bandidos, que les han robado sus posesiones y su ganado.
En Burkina Faso, más de 8.000 personas han llegado procedentes de Malí y se están alojando principalmente en campos improvisados en el norte del país así como con familias de acogida o en viviendas de alquiler en Ouagadougou.
Los combates entre el Movimiento de Liberación tuareg (MNLA por sus siglas en francés) y las fuerzas gubernamentales se reanudaron el pasado 17 de enero en Malí, rompiendo así el acuerdo de 2009 que puso fin oficialmente a la rebelión tuareg.
Se necesitan fondos para poder hacer frente a esta situación de emergencia humanitaria en Sahel.
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