Las guerras, la inestabilidad política, las crisis económicas y la crisis climática son algunas de las causas que explican las miles de muertes por hambre en el mundo.
En la actualidad, 79,5 millones de personas se han visto obligadas a abandonarlo todo para huir de la violencia. El acceso al alimento es una de las prioridades que ACNUR se encarga de cubrir cuando los refugiados y desplazados llegan a un campo o asentamiento.
El hambre causa el 45% de las muertes en niños menores de 5 años. En muchas ocasiones, los niños llegan con síntomas de desnutrición a los campos de refugiados. En estos casos, ACNUR ofrece tratamiento nutricional especial y suplementos nutricionales para niños y para mujeres en periodo de lactancia. Además, en coordinación con el Programa Mundial de Alimentos, reparte raciones de comida diarias a las familias refugiadas.
En un campo de refugiados se reparten, de media, raciones de comida suficiente para aportar a cada persona un mínimo de 2.100 calorías al día. Conseguir esto se convierte muchas veces en un reto por la falta de fondos o por las malas condiciones de salud en las que llegan los refugiados a los campos.
20,5 millones
de bebés con bajo peso al nacer (1 de cada 7).
148,9 millones
de niños menores de 5 años afectados con retraso en el crecimiento (21,9%).
49,5 millones
de niños con bajo peso para su estatura (7,3 %).
El Programa Mundial de Alimentos, uno de los principales socios de ACNUR en terreno, pertenece a las Naciones Unidas y tiene como objetivo brindar asistencia alimentaria a millones de personas en todo el mundo.
En su Informe sobre puntos críticos en 2020 destaca los enormes retos a los que se enfrenta la región del África subsahariana durante los próximos seis meses, especialmente Zimbabue, Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y la región del Sahel Central.
En Zimbabue la escasez de alimentos y el número de personas con hambre ha alcanzado su punto más alto en la última década. El país sufre actualmente una gran carestía de alimentos debido a la crisis económica que atraviesa. La sequía en la región podría arrastrar a más países a una situación parecida en primeros meses del año.
513,9 millones
en Asia
256,1 millones
en África
42,5 millones
en América Latina y el Caribe
África tiene las tasas de hambre más altas del mundo, según la OMS, y crecen de forma lenta, pero constante. Desde 2011, casi la mitad de los países en los que el hambre aumentó por la inestabilidad de la economía se encuentran en África.
Más de 500 millones de personas en Asia están subalimentadas, especialmente en el sur del continente. Las dos regiones juntas, Asia y África, soportan la mayor parte de todas las formas de malnutrición en todo el mundo. En Asia meridional y en el África subsahariana, uno de cada tres niños padece de retraso en el crecimiento.
En aquellos países donde millones de personas padecen inseguridad alimentaria no hay lugar para el optimismo. El Programa Mundial de Alimentos ha detectado 15 emergencias que requieren una atención urgente: Zimbabue, Sudán del Sur, la República Democrática del Congo, la región del Sahel Central, Haiti, Afganistán, Iraq, Líbano, la región del sur de África, República Centroafricana, Camerún y Libia, Nigeria, Bolivia y Etiopía.
Principales causas de las muertes por hambre en el mundo:
El último informe de la ONU sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, estima que más de 820 millones de personas padecen hambre, 1 de cada 9 personas. Las probabilidades de sufrir inseguridad alimentaria son mayores para las mujeres que para los hombres en todos los continentes, especialmente en América Latina.
Según el Informe mundial sobre crisis alimentarias 2019, que elaboran conjuntamente la UE, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos las peores crisis alimentarias en 2018 fueron, por orden de gravedad: Yemen, República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía, Siria, Sudán, Sudán del Sur y norte de Nigeria.
Según este informe, 113 millones de personas en 53 países experimentaron niveles elevados de inseguridad alimentaria en las crisis alimentarias más graves del mundo en 2018.
29 millones
de personas, por el cambio climático.
10 millones
de personas, por la inestabilidad económica
74 millones
de personas, por guerras, conflictos e inseguridad
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