Olga, de 36 años, residente en Kiev, llegó a un lugar seguro en Polonia tres días después de huir de la capital ucraniana con su hijo de dos años y su hija de ocho. "Este es nuestro tercer día de viaje", dice, después de un trayecto que en condiciones normales duraría siete horas. "Huimos en cuanto cayeron las primeras bombas. Tardamos doce horas en salir de Kiev. Llevamos treinta y seis horas esperando aquí".
Unos días antes, en una estación de tren en la ciudad ucraniana de Makiivka, al este del país, miles de personas evacuadas intentaban subir a un tren para huir de las hostilidades.
El mismo día en que se inició la ofensiva militar, ante el temor de un ataque ruso a la capital, muchas familias en Kiev buscaban refugio bajo tierra, en los túneles del metro. Los que contaban con un coche escapaban de la ciudad por carretera.
En los últimos seis días, según las estimaciones de ACNUR, más de un millón de personas, la mayoría mujeres y niños, han huido a países vecinos, como a Polonia, Hungría, Moldavia, Rumanía y otros países; alrededor de un millón (el número exacto es muy difícil de calcular debido a la situación tan cambiante) están desplazados dentro del país. La Agencia calcula que cuatro millones de personas podrían abandonar el país si continúan las hostilidades y 12 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria dentro de Ucrania.
La de Ucrania podría convertirse en la mayor crisis de refugiados de Europa en este siglo.
“Tenemos que reforzar nuestra respuesta ahora para proteger la vida y la dignidad de los ucranianos de a pie. Debemos responder con compasión y solidaridad”.
Martin Griffiths, jefe de asuntos humanitarios de la ONU.
ACNUR está coordinando la acogida de personas refugiadas en países vecinos y, junto con otras agencias de la ONU y ONG socias, está dando apoyo a las autoridades nacionales en la respuesta a la emergencia.
Asimismo, los trabajadores de ACNUR están proporcionando ayuda en Ucrania a las personas desplazadas, donde la situación es extremadamente volátil y arriesgada.
A pesar de los enormes desafíos logísticos y de seguridad, ACNUR ha podido entregar el primer lote de mantas, colchonetas y otros artículos básicos de emergencia. Las personas que están recibiendo esta ayuda son solo algunos de los cientos de miles que han abandonado sus hogares en los últimos días.
Hasta la fecha, todos los países vecinos han mantenido sus fronteras abiertas para los refugiados que huyen de Ucrania.
Un número considerable se ha trasladado a la Federación Rusa. Las autoridades nacionales están asumiendo la responsabilidad del registro, recepción, alojamiento y protección de estos refugiados.
ACNUR insta a los gobiernos a seguir manteniendo el acceso al territorio para todos los que huyen: ucranianos y ciudadanos de terceros países que viven en Ucrania, que ahora se ven obligados a escapar de la violencia.
La Agencia está reforzando sus operaciones mediante el envío urgente de más recursos, personal y material de emergencia. Los especialistas en protección y bienestar infantil de ACNUR también están listos para apoyar a las autoridades nacionales.
En la foto, refugiados que entran en Polonia por el paso fronterizo de Medyka.
+ de 1 millón
personas refugiadas en otros países.
4 millones
e personas podrían huir a otros países si la situación se agrava, según estimaciones de ACNUR.
12 millones
de personas dentro de Ucrania podrían necesitar ayuda humanitaria.
En los primeros cinco días desde el inicio la crisis en Ucrania, más de 280.000 personas han buscado seguridad en la vecina Polonia. Allí, con el apoyo de ACNUR, el gobierno está registrando a los refugiados y proporcionándoles alojamiento y ayuda básica. La Agencia de la ONU también da información y asistencia legal, y traslada ayuda humanitaria adicional a un almacén cerca de la frontera para su distribución.
Las personas que huyen de Ucrania continúan llegando a la frontera con Polonia. Pixie, que no dio su apellido, llora después de haber cruzado la frontera huido de la violencia en Ucrania, en Medyka, Polonia.
El personal de ACNUR en la zona informa de que hay kilómetros de colas en la frontera del lado ucraniano. Las temperaturas son heladoras y muchos han informado de que esperan varios días en la carretera para poder cruzar. ACNUR está en contacto con las autoridades para garantizar que todos los que necesitan protección internacional tengan acceso a los procedimientos.
Las llegadas a Hungría son constantes. ACNUR está presente en la frontera, evaluando el número de refugiados. La Agencia está lista para trabajar con las autoridades para dar una respuesta de emergencia.
A su llegada, después de la selección y el registro, los ucranianos y de otras nacionalidades son guiados a los puntos de reunión donde pueden solicitar asilo y se les otorga documentación temporal.
Miles de personas huyen de Ucrania en la frontera húngaro-ucraniana, en Beregsurany. Una mujer abraza a su hijo tras cruzar la frontera entre Hungría y Ucrania.
Los tiempos de espera para entrar en Rumanía pueden alargarse hasta las 20 horas. Las personas recién llegadas son trasladadas desde la frontera a centros de recepción u otras localizaciones. Las comunidades locales están ayudando con el transporte y el alojamiento, mientras que las empresas privadas pagan los hoteles.
Los voluntarios están haciendo de intérpretes y están apoyando en todo lo que pueden. ACNUR y sus socios están presentes en todos los puntos fronterizos principales, como en Siret e Isaccea. Brinda a los recién llegados información sobre los procedimientos de asilo y, a través de socios, ofrece asesoramiento legal y apoyo psicológico.
Los recién llegados están siendo alojados en centros de recepción temporales y se están identificando sitios adicionales. Algunos han encontrado su propio alojamiento o están alojados en comunidades locales.
ACNUR está brindando apoyo para mejorar la capacidad de recepción y está distribuyendo artículos básicos de emergencia, como mantas, sacos de dormir y artículos de higiene. En las próximas horas se recibirán más suministros.
Las llegadas a Eslovaquia son menores, pero el gobierno mantiene una política abierta y acogedora hacia los refugiados, y ha cambiado rápidamente las leyes de asilo para ayudar a acelerar los procedimientos de asilo. Las comunidades locales también están proporcionando apoyo financiero y material a los refugiados, además de alimentos y artículos de higiene, transporte y alojamiento. Los municipios también están creando refugios temporales para refugiados.
"Llevo casi 40 años trabajando en crisis de refugiados y pocas veces he visto un éxodo tan increíblemente rápido de personas”.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
Ayuda a los refugiados