El 15 de marzo, la guerra en Siria cumple diez años y la situación, lejos de mejorar, es más crítica que nunca. Una década de bombas y ataques que deja trauma, sufrimiento, miles de muertos y uno de los mayores éxodos de la historia reciente. Una generación entera de sirios está en peligro y, sin embargo, esta emergencia está cada vez más lejos del foco mediático. En el décimo aniversario de la crisis en Siria, la población sigue necesitando del apoyo y la ayuda de todos.
6,7 millones
de desplazados internos.
5,6 millones
de sirios refugiados en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto.
11 millones
de personas dependen de ayuda humanitaria.
Durante estos diez años de guerra en Siria, ACNUR ha estado apoyando a los refugiados y a los desplazados internos, y continúa haciéndolo una década después del inicio del conflicto.
El conflicto en Siria no se detiene y las necesidades aumentan cada día. Se requiere una acción urgente y contundente por parte de la sociedad y los Estados. Es necesario un compromiso firme de la comunidad internacional para afrontar los desafíos que se presentan. En 2021, habrá más desplazamiento forzado. El apoyo internacional permitiría a las comunidades de acogida alcanzar sus objetivos, y a la población refugiada construir un futuro digno a través de la educación, el trabajo y el acceso a la atención médica.
La pandemia de COVID-19 ha desencadenado una grave crisis económica, lo que ha aumentado la dependencia de la ayuda humanitaria por la pérdida de medios de vida de la población.
"El conflicto en Siria ha durado casi tanto como la Primera y la Segunda Guerras Mundiales combinadas. Toda una generación de niños no ha conocido más que dificultades, destrucción y privación".
Mark Lowcock, Coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU.
Hussein tiene 70 años. Huyó de su país, Siria, con su esposa y tres de sus hijos en 2013. Sus otros dos hijos murieron en la guerra. Se instalaron en uno de los asentamientos situados en el Valle de la Bekaa, en Líbano. Allí perdió a su hija de diez años en un accidente. Su historia está marcada por la pérdida: la de su hogar, la de su tierra, la de sus hijos. La familia recibe ayuda económica de ACNUR para cubrir sus necesidades básicas. “Sin este apoyo, la situación sería catastrófica”, dice Hussein.
Se estima que el 89 % de la población refugiada en Líbano vive por debajo del umbral de la pobreza, con de 3,8 dólares al día. ACNUR proporciona ayudas a las familias de refugiados más vulnerables para que vivan con un mínimo de dignidad.
Como consecuencia de la pandemia, muchas familias han perdido sus medios de vida. En 2020, ACNUR entregó a otros 800.000 refugiados sirios ayudas económicas de emergencia para a satisfacer sus necesidades más básicas.
Manar tiene cuatro años. No conoce su país. Nació y vive en Beirut, Líbano. Su familia tuvo que abandonar su hogar en Siria por culpa de la guerra hace seis años.
Cuando se produjo la explosión en el puerto de Beirut, Manar estaba jugando en la calle. Desde entonces, tiene miedo por la noche, no se separa de su madre y cualquier ruido fuerte le asusta. Sufre estrés postraumático.
Gracias a ACNUR, Manar ha recibido apoyo psicológico. La madre de Manar y su psicóloga están de acuerdo en que las sesiones han tenido un impacto positivo en ella.
En 2011, ACNUR contaba con 40 trabajadores en Líbano. Actualmente son más de 600, el 80 % libaneses.
La respuesta de ACNUR:
En 2019, 93.500 personas con necesidades específicas recibieron apoyo psicosocial.
54.302 niños y niñas sirios recibieron apoyo psicológico por parte de ACNUR de enero a abril de 2020.
En 2021, 20.000 personas sirias recibirán apoyo psicosocial gracias a ACNUR. Otros 20.000 niños y niñas sirios en riesgo se beneficiarán de servicios de apoyo personalizados. Como Manar, un gran número de niños sirios está traumatizado por la guerra. Para ellos, estas ayudas son muy importantes.
Alrededor de 200.000 sirios huyeron de la ciudad sitiada de Raqqa entre abril y agosto de 2017 debido a la violencia perpetrada por grupos armados y a los elevados precios de los alimentos.
Los niños de la foto son desplazados internos. Sonríen porque pueden disfrutar de cierta sensación de seguridad en el campamento de Ain Issa, lejos de la zona de conflicto. Allí, ACNUR les proporcionó artículos básicos de emergencia, como refugios, colchones, mantas, esterillas, utensilios de cocina y lámparas.
La respuesta de ACNUR:
En 2019, 1,8 millones de personas sirias desplazadas a la fuerza recibieron artículos básicos de emergencia por parte de ACNUR. En 2021, ACNUR tiene previsto entregar material de emergencia a 420.000 hogares sirios.
Hala tiene ocho años. Llegó a Jordania con solo 2 meses, después de que su familia huyera de Siria. Tiene un bulto en el estómago y está pendiente de la aprobación para recibir tratamiento adicional, ya que su familia no puede pagar los gastos. Espera a ser atendida por el Dr. Joseph, en la clínica Caritas en Amán, apoyada por ACNUR desde hace más de diez años. Este hospital está dirigido principalmente a refugiados sirios, pero el Dr. Joseph ayuda a quienes lo necesitan. La atención médica es una de las principales necesidades de los refugiados sirios en Jordania, pero es muy cara. Esta clínica es uno de los pocos lugares en Ammán donde los refugiados pueden recibir tratamiento gratis.
La respuesta de ACNUR:
En 2019, gracias al trabajo de ACNUR, 427.600 personas sirias desplazadas accedieron a servicios de salud. De enero a octubre de 2020, 17.193 refugiados y solicitantes de asilo sirios recibieron servicios de atención médica primaria a través de 10 clínicas apoyadas por ACNUR. También se proporcionó atención médica secundaria y terciaria a 2.282 personas.
Amira, de 24 años, es refugiada siria. En la foto, posa con su bebé Sham de 2 meses en su casa, en el campo de refugiados de Azraq, Jordania. Sham vino al mundo en abril de 2019 y pesó solo dos kilos al nacer.
Gracias a un proyecto conjunto de ACNUR y la Fundación Bill y Melinda Gates, mujeres como Amira recibe apoyo antes y después del parto. El objetivo es salvar vidas mediante técnicas maternas y neonatales de bajo coste y alto impacto.
Jordania es uno de los países más afectados por la crisis de Siria y alberga la segunda proporción más alta de refugiados per cápita del mundo. El 84% de los refugiados sirios en Jordania vive en zonas urbanas.
Antes de la pandemia de coronavirus, más de un tercio de los niños refugiados sirios en edad escolar no tenían acceso a la educación. En 2020, el número de niños refugiados sirios que asistieron a la escuela disminuyó con respecto a 2019.
Naamat, en la foto, es una niña siria refugiada en Jordania. El país ofrece a los niños refugiados acceso gratuito a la educación. Ella destaca en la escuela y es la mejor de su clase. No quiere casarse joven. De mayor quiere ser piloto.
En el colegio, Naamat pude ser una niña, educarse y soñar. Es una de los 5 millones de niños y niñas sirios que se encuentran desplazados en su país o refugiados en países vecinos. Aunque la guerra continúa, la educación es un derecho que debe ser protegido y garantizado.
La respuesta de ACNUR:
De enero a octubre 2020, 13.531 alumnos sirios de primaria y secundaria recibieron educación no formal en Siria gracias al apoyo de ACNUR.
ACNUR en Jordania continúa trabajando con los Ministerios de Educación y Educación Superior, con otras agencias de la ONU y con ONG locales para asegurar la educación y el futuro de los niños sirios refugiados.
Hasta el momento, ACNUR solo ha recaudado el 47 % de los fondos necesarios para hacer frente a la emergencia en Siria y para asistir a los refugiados sirios. ACNUR está en terreno y sabe cómo salvar vidas, pero no puede hacerlo solo. Necesita el apoyo de los socios y donantes. Por eso, ACNUR hace un llamamiento a los estados y a la sociedad para poder cubrir este vacío de financiación.
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