La falta de embarcaciones de rescate y la proliferación de mafias en el Mediterráneo han convertido la ruta central en uno de los caminos más peligrosos del planeta. Al otro lado del mar, ACNUR en Libia, trabaja para evacuar a las personas más vulnerables, asistir a quienes son interceptadas por la guarda costera, y atender tanto a los refugiados como a los desplazados libios.
Después de meses detenidos en condiciones precarias, los refugiados y migrantes protagonizaron protestas en el centro de detención Sikka en Libia donde más de 400 solicitantes de asilo se encontraban retenidos.
Cerca de 50 personas resultaron heridas después de que la policía llegara a poner fin a la protesta; dos de ellas tuvieron que ser trasladadas al hospital de Abu Slim y 120 personas fueron trasladadas a otros centros. ACNUR ha mostrado su preocupación por el uso de la fuerza contra los solicitantes de asilo en Libia, un país donde los casos de torturas, detenciones ilegales y tráfico de personas reportados son frecuentes.
Hasta la fecha, ACNUR solo ha tenido acceso al centro de Sikka para trasladar personas a la instalación de reunión y salidas para su evacuación.
De las 5.700 personas refugiadas y migrantes en centros de detención en Libia, ACNUR ha identificado a 4.100 que pueden necesitar protección. ACNUR llama a acabar con las detenciones en Libia y ofrece su colaboración para buscar alternativas.
En cooperación con el Ministerio del Interior, ACNUR abrió en 2017 una instalación en Trípoli para dar alternativas a la retención de solicitantes de asilo, pero el número reducido de espacios de reasentamiento provoca retenciones prolongadas para muchos refugiados en Libia.
De las 5.700 personas refugiadas y migrantes en centros de detención en Libia, ACNUR ha identificado a 4.100 que pueden necesitar protección. ACNUR llama a acabar con las detenciones en Libia y ofrece su colaboración para buscar alternativas.
En cooperación con el Ministerio del Interior, ACNUR abrió en 2017 una instalación en Trípoli para dar alternativas a la retención de solicitantes de asilo, pero el número reducido de espacios de reasentamiento provoca retenciones prolongadas para muchos refugiados en Libia.
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