Yemen sufre la peor hambruna de las últimas décadas

“Algunos días comemos y otros no”, dice Tuhfaa. Esta madre yemení vive en un asentamiento para desplazados internos en Ibb. Cuando se levanta por la mañana no sabe si ese día tendrá comida para alimentar a su hija Amani, de tan solo un año.

Es la dura realidad que sufren millones de personas cada día. La guerra en Ucrania y los fenómenos climáticos extremos están provocando un aumento de los precios de los alimentos en todo el mundo, pero en los países más pobres el impacto de esta subida está siendo especialmente devastador. Es el caso de Yemen, donde, como Tuhfaa, otros 17,4 millones de personas pasan hambre.

Yemen es una de las peores crisis humanitarias del mundo. Gran parte de su población se encuentra al borde de la hambruna. ACNUR está sobre el terreno prestando asistencia y protección. Sólo en 2021, la Agencia proporcionó ayuda en efectivo a más de un millón de desplazados como Tuhfaa. Esto permitió a las familias comprar alimentos, combustible para cocinar y cubrir las necesidades básicas.

Tras siete años de violencia y conflicto y guerra en Yemen, el país está al borde de lo que podría ser la peor hambruna de las últimas décadas. La escasez de alimentos está avivando el conflicto y obligando a las personas a huir de sus hogares. Casi 18 millones de personas pasan hambre.

En todo el país, la economía se ha hundido y más del 80 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Muchas familias ya han perdido sus hogares y sus medios de vida. Según datos de ACNUR, unos 286.000 yemeníes fueron desplazados por primera vez en 2021, y en lo que va de 2022 cerca de 40.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. En total, hay 4,3 millones de desplazados internos en Yemen (a junio de 2022).

Safia tuvo que caminar cinco kilómetros con sus nueve hijos y su marido enfermo para huir de las bombas. “Cuando no tenemos qué comer, nos alimentamos únicamente de pan y té”, dice.

Ma'niya, una yemení desplazada se ve obligada a saltarse comidas para alimentar a sus hijos. "A veces no comemos para que nuestros hijos puedan comer... Los niños no pueden soportar el hambre", reconoce.

Muchas familias afectadas por el conflicto no tienen contratos de alquiler formales y se enfrentan a amenazas de desahucio. De hecho, casi el 40 % de los desplazados internos viven en asentamientos informales, donde el acceso a los servicios básicos es inadecuado o inexistente.

En el primer trimestre de 2022, los enfrentamientos aumentaron , con casi un civil muerto o herido cada hora durante el primer mes del año. La situación, sin embargo, está cambiando tras la firma de un acuerdo de tregua el 1 de abril negociado por la ONU con cada una de las partes del conflicto.

ACNUR está sobre el terreno en Yemen desde antes de que comenzara el conflicto, proporcionando artículos de emergencia, como refugios, colchones y combustible, y ayudas en efectivo a las familias más vulnerables. Estas ayudas económicas han resultado vitales. Pero la falta de fondos está poniendo en peligro muchos programas de ACNUR que salvan vidas en Yemen. A 7 de junio de 2022, la Agencia solo había recaudado el 23 % de los fondos necesarios para hacer frente a la emergencia humanitaria en Yemen.