Los ataques contra escuelas privan a miles de niños del derecho a la educación

Esta foto fue tomada el 3 de febrero de este año. En Burkina Faso, en el campamento de Goudoubou, los estudiantes refugiados malienses siguen asistiendo a clase, a pesar de que los profesores llevan sin presentarse en la escuela desde antes de las pasadas Navidades debido a la creciente inseguridad que sufre la región. Los alumnos van a clase y se enseñan lecciones unos a otros, sin maestros, libros ni tizas.

En el campamento de Goudoubo viven más de 6.500 malienses. En 2019, fue atacado por grupos armados en tres ocasiones.

Según la Coalición Global para Proteger la Educación (GCPEA, por sus siglas en inglés), la violencia contra la educación incluye ataques a estudiantes, profesores y otro personal educativo; el uso militar de escuelas y universidades; el reclutamiento de niños para grupos armados o criminales en la escuela o en trayectos hacia la escuela; y violencia sexual contra niños y jóvenes en la escuela o en trayectos hacia y desde escuelas y universidades.

Según el informe de la GCPEA, en los últimos cinco años se han producido 11.000 ataques a la educación en 93 países del mundo.

ACNUR se hace eco de la petición de la GCPEA para que los Estados Miembros de las Naciones Unidas firmen y se adhieran a la Declaración sobre Escuelas Seguras, un acuerdo que busca reducir el riesgo de ataques contra centros educativos, prevenir su uso militar y minimizar el impacto de dichos ataques y del uso militar cuando estos ocurran.

ACNUR es consciente de la importancia que tiene que los niños que regresan a su país de origen después de una etapa de desplazamiento tengan acceso a la educación. Junto con sus socios en Siria, ACNUR está rehabilitando 22 escuelas en Alepo que han sido destruidas durante la guerra. Algunas están gravemente dañadas, como la escuela secundaria Al Hasan bin Al Haytham, en el barrio Sheikh Said, al sur de la cuidad. Se trata de la única escuela en su área. En este caso, debido al nivel de destrucción del edificio y a la imposibilidad de repararlo por el momento, ACNUR ha tenido que instalar escuelas prefabricadas para que los niños puedan asistir al colegio y tener un refugio.

Más de la mitad de los refugiados y desplazados en el mundo son niños. Según el Informe de Educación 2020 de ACNUR, el 48% de la niñez refugiada en edad escolar no asiste a la escuela y ha visto interrumpida su formación por culpa de la guerra y del desplazamiento. ACNUR trabaja para que tengan acceso a la educación. Para ello, construye aulas en los campos, forma a profesores y da ayudas a las familias para costear las matrículas y los materiales escolares cuando es necesario.