Cientos de kilómetros y uno de los ríos más largos de África separan Yumbi, en el antiguo Congo belga, de la capital del país vecino. Es la distancia entre la violencia y un lugar seguro para los 16.000 congoleños que han huido tras los enfrentamientos mortales en esta región en el mes de diciembre. Es la mayor afluencia de refugiados en la zona de la última década.
La antigua rivalidad entre las comunidades de Banunus y Batende ha provocado enfrentamientos mortales en el oeste del país (Yumbi), dejando docenas de víctimas y cerca de 150 heridos que han llegado hasta Brazzaville.
Un total de 16.000 personas han huido para refugiarse en el país vecino, la mayoría mujeres y niños de la tribu Banunu que siguen llegando a los distritos de Makotipoko y Bouemba en la República del Congo, donde las autoridades congoleñas, ACNUR y otras agencias de Naciones Unidas proporcionan tratamientos médicos, comida y artículos no alimentarios.
Los testimonios de quienes han huido y la reciente misión de evacuación humanitaria en Yumbi hablan de más de 450 casas destruidas e incendiadas, docenas de muertos y personas necesitadas de asistencia básica como alimentos, medicinas y refugios.
Desde el 29 de diciembre, ACNUR y su socio en la entrega de productos alimentarios, el Programa Mundial de Alimentos, han desplegado equipos en la zona que están distribuyendo alimentos, lonas y otros artículos de primera necesidad.
Los refugiados recién llegados a Congo-Brazzaville se asientan en las localidades remotas de Makotipoko, Mopongo y Mpouya en el Departamento de Plateaux y Bouemba, donde se ha comenzado la distribución de alimentos desde el día 1 de enero, que se expandirá a otros lugares en los próximos días.
A pesar del trabajo de ACNUR y otras organizaciones humanitarias en la emergencia en Congo, los refugiados viven en condiciones difíciles, alojados en comunidades remotas con escaso acceso a agua potable, alimentos y atención médica. Entre los mayores desafíos logísticos para la entrega de materiales están las localidades a las que solo se puede acceder por el río.
Además, la temporada de lluvias e inundaciones aumentan las probabilidades de contagio de enfermedades como la malaria y la grave falta de fondos para el país hará que solo 1 de cada 5 personas necesitada reciba asistencia básica en materia de refugio.