Más de 340 niños se han ahogado en el mar Mediterráneo oriental desde el pasado mes de septiembre, lo que equivale a una media de dos cada día. Muchos de ellos eran bebés y niños de uno y dos años. Según ACNUR, la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y UNICEF, el número de muertes sigue aumentando y las tres agencias han hecho un llamamiento conjunto para mejorar la seguridad de aquellos que huyen del conflicto y la desesperación.
El estrecho del mar Egeo entre Turquía y Grecia se encuentra entre las rutas más siniestras en el mundo para los refugiados y migrantes. Además, la dureza del mar en invierno, el hacinamiento de personas en los botes y la baja calidad de los mismos y de los materiales salvavidas aumentan las posibilidades de vuelco de las embarcaciones.
“Estas trágicas muertes en el Mediterráneo son insoportables y tienen que parar”, ha afirmado el Alto Comisionado de ACNUR, Filippo Grandi. “Es necesario centrar más esfuerzos para combatir el contrabando. Además, dado que muchos de los niños y adultos que han muerto estaban intentando reunirse con sus familiares en Europa, hay que organizar trayectos legales y seguros mediante programas de reasentamiento y reunificación familiar ”, ha añadido el Alto Comisionado.
En lo que va de año, unas 80.000 personas han logrado conseguir cruzar estas aguas, de las cuales, 1 de cada 3 es un niño. Muchos de los niños son menores no acompañados. Más de 400 personas se han ahogado durante la travesía.