Sudán vive la mayor emergencia humanitaria del mundo. Desde que comenzara el conflicto armado en abril de 2023, casi 12 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Además de la violencia, los desplazamientos, las muertes, la destrucción de infraestructuras y el hambre, ahora el cólera amenaza todavía más a la población.
Se han identificado unos 51.000 casos de cólera en 18 estados de Sudán, con más de 1.100 muertes. Los estados más afectados son Jartum, Kordorfán del Norte, Nilo Blanco, Nilo Azul y Darfur, entre los más afectados por diversos conflictos. Al otro lado de la frontera, en Chad, el campo de refugiados de Dougui registra más de 1.000 casos sospechosos de cólera, con 68 muertes. El número de casos sospechosos se ha quintuplicado en menos de un mes.
Desde abril, Nilo Blanco y Nilo Azul, donde viven al menos 920.000 personas desplazadas internas, han recibido otras 198.000 personas que huyen de los enfrentamientos entre grupos armados en Sudán del Sur.
En El Fasher, la situación humanitaria y de seguridad ha alcanzado un punto crítico tras más de un año de asedio. Tras una serie de brutales ataques de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF por sus sigas en inglés) contra El Fasher y el campo de desplazados de Abu Shouk en Darfur del Norte, se ha informado de la muerte de 89 personas en un período de 10 días, hasta el 20 de agosto, con importantes informes de ejecuciones sumarias y secuestros.
Por otro lado, existe un creciente riesgo de hambruna tanto en la ciudad como en otras zonas de Darfur del Norte. Según Unicef, aproximadamente 260.000 civiles, incluidos 130.000 niños, permanecen atrapados en condiciones desesperadas en El Fasher, aislados de la ayuda humanitaria durante más de 16 meses.
En Sudán, ACNUR ha asignado recursos adicionales para la preparación y respuesta al cólera, complementando las medidas que ya están implementando en materia de salud y agua, saneamiento e higiene en los campos de refugiados.
Continúan las intervenciones comunitarias, que incluyen la comunicación de riesgos y la participación comunitaria, la cloración del agua, la gestión de residuos sólidos y las campañas de limpieza. Los equipos de expertos se activan en los campos de refugiados afectados bajo la dirección del Ministerio de Salud.
Cerca de 498.000 personas refugiadas y miembros de la comunidad de acogida en Nilo Blanco y 12.100 en Nilo Azul recibieron servicios de suministro de agua mediante plantas de tratamiento de agua y transporte de agua en camiones cisterna.
En estos estados, ACNUR está trabajando en la promoción de la higiene y comunicando los riesgos existentes a unos 27.000 refugiados. Estas iniciativas se complementan con la distribución de kits de higiene personal y jabón a 16.800 personas. La construcción de letrinas familiares compartidas continúa en Al Jamyia, Khoral Waral y Umsangour.
Por otro lado, en Chad, las reubicaciones al campo de personas refugiadas de Dougui se han detenido debido al brote de cólera. ACNUR ha ampliado la distribución de jabón en Dougui, llegando a la mitad de la población destinataria el 12 de agosto. En los demás asentamientos de refugiados, ACNUR ha ampliado los suministros de higiene y los programas de concienciación comunitaria para promover el lavado de manos.
A pesar de todo el trabajo que está realizando ACNUR y sus socios en la zona con respecto al cólera, sigue existiendo una necesidad urgente de mejorar el saneamiento, aumentar el transporte de agua y la atención sanitaria.
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