"Llevo cinco inviernos en el campo de refugiados de Azraq y cada uno es más duro que el anterior. Ya no soy joven y el frío me provoca temblores. A veces, siento que podría morir de frío. Gracias a la ayuda de ACNUR, puedo comprar gas para calentarme". Um Khale, refugiada siria.
Um Khaled (en la foto abajo) es una refugiada siria de 69 años que huyó de su casa en Homs hace cinco años. Vive en Azraq con su hija, Homsieh, y cuatro nietos. Es viuda. Confía en Homsieh y en ACNUR para recibir apoyo y ayuda. La pandemia de COVID-19 ha empeorado su situación. Está preocupada por cómo ella y su familia van a pasar el invierno.
El invierno es una época dura en los campos de desplazados. El frío y las bajas temperaturas se convierten en estos meses en una amenaza para la vida de millones de refugiados sirios e iraquíes. Muchos afrontan su décimo invierno consecutivo en desplazamiento a la intemperie o en refugios precarios y mal aislados, sin mantas, ropa de abrigo ni calefacción. Cosas tan básicas como mantas o una estufa pueden salvarles la vida.
Cómo se prepara ACNUR ante la llegada del frío
Preparase para el invierno en un campo de refugiados es una carrera contrarreloj. ACNUR lleva a cabo su plan de invierno en Siria, Irak, Líbano, Jordania y Egipto. El plan empieza en septiembre. Necesita anticiparse a los peores meses del invierno para proporcionar la ayuda antes de que lleguen las heladas y se produzca una bajada drástica de las temperaturas. En los peores meses se pueden alcanzar los 17 grados bajo cero durante la noche. Enviar la ayuda a tiempo puede salvar vidas.
Plan de invierno de ACNUR

Entrega de materiales

Mejora de los refugios

Envío de ayudas económicas
Um Kamal, en la foto, tiene 84 y es viuda. Vive en el campo de refugiados de Zaatari, Jordania, desde 2014 y cuida de su nieta, Aya, de 9 años.
Durante los meses de invierno, ACNUR distribuye ayuda para poder hacer frente a las bajas temperaturas. Gracias a estas ayudas, los refugiados pueden comprar gas para la calefacción, ropa de abrigo para sus hijos y mantener sus refugios en buenas condiciones para afrontar el frío. El apoyo recibido hasta el momento para que ACNUR pueda llevar a cabo su Plan de Invierno es grande, pero insuficiente. Una manta térmica o un calefactor puede salvar la vida de una persona.