Conseguir comida puede ser tan fácil como conectarte desde el móvil y esperar 30 minutos a que llegue hasta la puerta de tu casa, o tan difícil andar decenas de kilómetros al sol y sin agua para acceder a una ayuda humanitaria que llega a cuentagotas por falta de fondos económicos. Todo depende de en qué país del mundo te haya tocado vivir.
El siglo XXI podría pasar a la historia por sus avances tecnológicos o por algunas de las peores crisis de hambre en el mundo.
El 28 de mayo es el Día Mundial del Hambre y debería ser una llamada a la acción para combatir la crisis alimentaria global. Un día para recordar que millones de personas pasan hambre cada día.
Fuente: FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el Programa de Alimentos de Naciones Unidas y Centro Regional de Información de Naciones Unidas.
“Algunas mujeres no son capaces de amamantar. No les sale leche porque no tienen nada que comer. Estamos pidiendo ayuda. Estamos preguntando si nos pueden trasladar a otra área donde podamos cultivar.”
Khatr Maghiba Adam, refugiada en Chad .
“Perdí a uno de mis hijos por culpa de la malnutrición . No tenemos suficiente comida. A veces tenemos y a veces no. Somos muy pobres, no tenemos forma de mantenernos y dependemos de lo que nos dan las organizaciones humanitarias.”
Mohamed, Yemen.
“Hui con mi hijo. Estábamos en medio de los arbustos cuando enfermamos. Ahora mi hijo come un poco de arroz y Plumpy Nut. Yo había perdido el apetito, pero he empezado a tomar Plumpy Nut y he vuelto a tener algo de energía”.
Houriatou, refugiada de la República Centroafricana.
En los países en guerra y conflictos activos, ACNUR trabaja para lograr el objetivo de Hambre Cero y erradicar el hambre entre la población desplazada. Niños y madres embarazadas o lactantes están entre los colectivos más vulnerables para recibir alimentos terapéuticos y superar la desnutrición.
A través de leches terapéuticas como la F75 o la F100, y suplementos nutricionales como el Plumpy Nut, un niño puede recuperar el peso necesario en unas semanas.
El hambre es la causa del 45% de las muertes en niños y niñas menores de 5 años. Muchas veces, los niños llegan con síntomas de desnutrición a los campos de refugiados. En estos casos, ACNUR reparte tratamiento nutricional especial y suplementos nutricionales para niños y para mujeres en periodo de lactancia. Además, en coordinación con el Programa Mundial de Alimentos, reparte raciones de comida diarias a las familias refugiadas.
En un campo de refugiados se reparten, de media, raciones de comida suficiente para aportar a cada persona un mínimo de 2.100 calorías al día. Conseguir esto se convierte muchas veces en un reto por la falta de fondos o por las malas condiciones de salud en las que llegan los refugiados a los campos.
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