Un DNI caducado, la falta de un certificado de matrimonio o la pérdida de un papel que certifique un nacimiento en medio de un país en guerra deja a miles de sirios atrapados en su país. Indocumentados en medio de la guerra, cada movimiento supone un riesgo extra para cientos de desplazados sirios inmersos en trabas burocráticas.
En medio de encrucijadas legales, muchos niños podrían convertirse en apátridas, un problema para el resto de sus vidas.
Es el caso de Samira. En 2012, su hijo acababa de nacer cuando tuvieron que abandonar su casa al este de Alepo. Ella y su marido se habían casado poco antes de que la guerra estallase y los bombardeos no les permitieron llegar hasta Idleb, a 50 kilómetros de su ciudad, para registrar su matrimonio.
Sin un certificado, no podrían registrar el nacimiento de su hijo, quien quedaría sin educación ni asistencia médica dentro o fuera del país. Lo que podría haber sido un breve viaje hacia el este se convirtió en un largo y peligroso camino.
“A penas pudimos llegar del este al oeste de Alepo. Llegar tan lejos de la ciudad habría sido misión imposible”
6,3 millones de sirios están desplazados dentro del país. Más de 5 millones han sido empujados al exilio a lo largo de la región.
Entre quienes han conseguido salir del país, cientos de niños nacidos en el exilio carecen de certificado de nacimiento. Algunos nacieron en el camino, otros no tienen padre o está desaparecido. Él es el único miembro de la familia que puede transferirles la nacionalidad siria. De otro modo, corren el riesgo de sumarse a los más de 10 millones de apátridas en el mundo.
La reunificación familiar o la solicitud de asilo se ven truncados por la falta de un papel que deja a cientos de miles de ciudadanos sirios indocumentados después de 6 años de guerra. “La falta de documentación hace que la gente esté más susceptible al acoso, extorsión y explotación”, explica el Representante en Damasco de ACNUR.
Dado el desconocimiento de los procesos necesarios para obtener la documentación, o los crecientes costes asociados, ACNUR da asistencia legal a quienes lo necesitan para registrar nacimientos y reducir el riesgo de apatridia, asegurándoles acceso a educación, sanidad o a un futuro trabajo.
Con la colaboración de 120 abogados, 75.000 desplazados han recibido ayuda legal de ACNUR para conseguir documentación. Entre ellos, Samira y su marido han podido registrar su matrimonio y certificar el nacimiento de su hijo.
Otro de ellos es Khalaf, quien vive con su familia en un refugio colectivo y ha conseguido un documento de identidad y registrar el nacimiento de su hija. “Sin DNI no puedo moverme libremente o buscar un trabajo”, dice el padre de familia.
A día de hoy, cientos de miles de personas, la mayoría mujeres y niños, siguen necesitando ayuda para evitar un vacío legal que deje a padres e hijos como Samira en una situación desesperada.
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