IEDA Relief, socio de ACNUR en el norte de Malí, calcula que en Kidal cerca de 3.000 personas han huido y que hay más personas a punto de huir. En Gao, la situación también es complicada: los autobuses siguen saliendo con dirección a Bamako por temor a que la ciudad sufra ataques. ACNUR está preparado para atender a 2.000 personas en Gao y 1.000 en Kidal con mantas, bidones y cubos.
Estos desplazamientos se producen tras varios meses en los que los refugiados malienses estaban regresando espontáneamente a sus lugares de origen. Cerca de 12.000 refugiados habían vuelvo a Gao y Tombuctú, muchos con la ayuda de ACNUR.
A principios de mayo, 141.274 malienses seguían refugiados en Burkina Faso, Níger y Mauritania y 137.096 personas permanecían desplazadas dentro del propio país por la inestabilidad en la zona norte del país.