Desde hace años, el terror de Boko Haram amenaza Nigeria. Situados en el noreste del país, los insurgentes arrasan poblados y tierras, secuestran a cientos de niñas y mujeres y masacran a civiles inocentes.
Quienes se salvan, huyen despavoridos hacia las fronteras. En la encrucijada entre Chad, Camerún, Nigeria y Níger, el lago Chad es el camino de huida para muchos de sus supervivientes. El agua entierra los cadáveres de quienes nunca consiguieron ser refugiados, a sólo unos metros de la frontera.
Sobrevivir o no es una lotería. En la familia de Alhaji, de los diez miembros que huyeron, sólo siete llegaron al otro lado del lago. Su abuela, de 51 años, es uno de ellos, pero una bala atravesó su muñeca y la herida está supurando.
"Aquellos hombres estaban enloquecidos. Disparaban en todas direcciones"
Su sobrina de un mes nació entre los arbustos una semana después del ataque. “Ni siquiera tenía agua caliente para lavar al bebé”, cuenta su madre. El abuelo, se siente afortunado después de haber sentido la muerte tan de cerca.
“Pensé que era nuestro turno, pero los hombres de Boko Haram se marcharon. Me di cuenta de que iba a sobrevivir".
7,1 millones
De personas en situación de inseguridad alimentaria.
Con 1 €
Puedes llevar comida para una persona durante 1 día.
515.000
Niños con desnutrición infantil.
La crisis humanitaria que comenzó en Nigeria se extiende a través de sus fronteras y afecta, a día de hoy, a cuatro países a las orillas del lago, donde refugiados y desplazados son acogidos muchas veces por la población local.