Este informe retrata la lucha diaria de estas mujeres refugiadas por tratar de llegar a fin de mes, mantener su dignidad y cuidar de sus familias en viviendas en estado ruinoso y en condiciones de hacinamiento, o en tiendas de campaña y refugios improvisados poco seguros. Muchas viven bajo la amenaza de la violencia o la explotación, al tiempo que sus hijos hacen frente a traumas y peligros que van en aumento.
El informe "Mujer Sola: la lucha de las mujeres refugiadas sirias por la supervivencia " se basa en los testimonios de 135 mujeres, recopilados a lo largo de tres meses de entrevistas realizadas a principios de 2014. Obligadas a asumir en solitario la responsabilidad de cuidar de sus familias después de que sus maridos hayan sido asesinados, secuestrados, o separados por uno u otro motivo, estas mujeres se han visto atrapadas en una espiral de sufrimiento, aislamiento y ansiedad.
La mayor dificultad señalada por estas mujeres es la falta de recursos. La mayoría de ellas tiene grandes dificultades para lograr pagar el alquiler, comprar alimentos y productos domésticos de primera necesidad. Muchas han visto cómo se agotaban sus ahorros e incluso han tenido que vender sus alianzas de boda. Sólo una quinta parte de ellas ha logrado encontrar un empleo remunerado; a muchas les resulta difícil conseguir trabajo, o tienen muchas otras preocupaciones.
Una cuarta parte de estas mujeres recibe asistencia económica de ACNUR y de otras agencias humanitarias; lamentablemente, cerca del 33% afirma que no tiene suficiente para comer.
"Las mujeres refugiadas sirias son el vínculo que mantiene unida a una sociedad rota. Tienen una fortaleza extraordinaria, pero están luchando solas. Sus voces son una llamada a la ayuda y la protección que no pueden ser ignoradas", afirmó Angelina Jolie, Enviada Especial de ACNUR.
La vida en el exilio ha obligado a estas mujeres a convertirse en la principal fuente de ingresos y las que tienen que velar por sus familias y por sí mismas, lejos de sus comunidades y de sus fuentes tradicionales de apoyo. Para la mayoría, la carga es abrumadora y muchas son totalmente dependientes de la ayuda externa.
El 60% de las mujeres entrevistadas expresaron sentimientos de inseguridad, y una de cada tres estaba demasiado asustada o agobiada incluso para salir de su hogar. Además, muchas mujeres se quejaron del acoso verbal habitual.
"Una mujer sola en Egipto constituye una presa fácil para todos los hombres", explicó Diala, que vive en Alejandría. Zahwa, desde Jordania, cuenta que incluso ha sido acosada por refugiados durante la recogida de cupones de alimentos. "Yo llevaba una vida digna, pero ahora nadie me respeta porque no estoy con un hombre", añadió.
Una mujer declaró haber sido violada, pero muchas mujeres simplemente no estaban preparadas para hablar de la violencia sexual y de género. "Yo nunca recurriría a una organización para obtener ayuda”, dijo Noor, que vive en el Líbano. "Pondría sal en la herida y permanecería callada, pero nunca contaría nada a nadie".
La mayoría de las mujeres estaban preocupadas por el impacto en sus hijos. "Yo tengo que preocuparme de la economía doméstica y del colegio. Tengo que protegerles, atender sus necesidades y darles el amor de una madre, todo al mismo tiempo. Me siento totalmente desbordada ", dijo Dina, en Egipto.